Alemania sigue conmocionada tras el atentado, reivindicado por el Estado Islámico, del pasado viernes, 23 de agosto, en la ciudad de Solingen durante la Fiesta de la Diversidad cuando un hombre sirio de 26 años, identificado como Issa al H., presumiblemente atacó a cuchilladas dejando sin vida a tres personas y causando heridas a ocho, cinco de las ellas de gravedad. Además de la condena de la sociedad y los principales líderes religiosos, la Iglesia católica en el país se ha volcado poniéndose a disposición de los servicios de emergencia y organizando celebraciones especiales o simplemente abriendo los templos para rezar en silencio o poner una vela. Así, las parroquias de Solingen han notado una afluencia más intensa durante este fin de semana.
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Celebración ecuménica
Tras el desconcierto y la tristeza generados por el atentado ha habido una demanda mayor de las iglesias según el párroco de la comunidad católica más importante de Solingen, Michael Mohr. En declaraciones a la agencia KNA relata que inmediatamente después del baño de sangre del viernes por la noche, los servicios de emergencia y la capellanía de la policía tuvieron trabajo continuo. Luego, el sábado las iglesias se abrieron para dar a la gente un espacio donde hacer una pausa y guardar luto, pero también para rezar o encender una vela.
Junto a los pastores protestantes se reorganizó el servicio ecuménico previsto inicialmente para la fiesta de la ciudad como servicio conmemorativo y de duelo este domingo. También las celebraciones religiosas habituales de la tarde del sábado tuvieron este carácter exequial. “Es casi imposible encontrar palabras, pero las velas y otros gestos silenciosos también pueden ayudar”, señaló Mohr en su homilía este domingo. Confesó además que algunos agradecieron personalmente al párroco la apertura prolongada de las iglesias.
“El ambiente del sábado por la noche estaba muy marcado por el dolor y la incertidumbre. El domingo, tras la detención del presunto autor, ya se respiraba calma y alivio”, según el sacerdote. “Queríamos dar espacio para los cantos de dolor y esperanza, para el silencio, las velas, los pensamientos y las oraciones”, señaló sobre la celebración ecuménica con los protestantes. “La conmoción es profunda, pero la gente empieza a asimilarlo poco a poco”, ya que “Para muchas personas, entre las que me incluyo, todo esto sólo se está asimilando ahora, cuando las cosas se calman un poco. Y cuando se reanude la vida cotidiana, no será fácil”, añade el párroco.