Fieles de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas llevaron a cabo una peregrinación por la paz en solidaridad con las comunidades afectadas por la violencia; por su parte, el obispo auxiliar de esa diócesis, Luis Manuel López Alfaro, pidió a las autoridades escuchar “el dolor del pueblo” para que la gente pueda vivir en paz.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- El Podcast de Vida Nueva: el tráfico y la trata como riesgo de los vulnerables
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
En los últimos meses, la violencia entre los cárteles de la droga ha aumentado, situación que ha permeado en la población de la sierra, lo que ha ocasionado miles de desplazados y algunas muertes, pues los delincuentes obligan a los pobladores a fungir como escudos humanos.
Apenas el fin de semana, como consecuencia del enfrentamiento entre los cárteles, aparecieron quemados varios vehículos en la localidad de Chicomuselo.
Solidaridad con Chicomuselo y Comalapa
En ese contexto, en el marco de la fiesta patronal de San Bartolomé Apóstol, católicos de la parroquia del mismo nombre perteneciente a la Diócesis de San Cristóbal de las Casas salieron a las calles en peregrinación por la paz.
Los feligreses caminaron de la comunidad de El Puy, ubicada al margen de la autopista, hasta llegar al templo de San Bartolomé Apóstol, en la localidad de Venustiano Carranza.
La peregrinación -se informó en las redes sociales de la diócesis- “ha sido ofrecida por los sufrimientos que están atravesando nuestros hermanos de Chicomuselo y Comalapa. Para que la justicia y la paz se encuentren”.
“Agradecemos a las seis regiones que conforman la parroquia de San Bartolomé Apóstol, por su entrega, fidelidad y compromiso. Por unirse en esta peregrinación en la que han manifestado su sentir ante los acontecimientos suscitados en varios lugares de nuestro estado, especialmente por nuestras parroquias hermanas de Chicomuselo y Comalapa”.
Un urgente llamado a la paz
Por su parte, el obispo auxiliar de San Cristóbal de las Casas destacó a través de las redes sociales de la diócesis: “no estamos contra nadie, simplemente queremos que en las comunidades haya paz, que la gente pueda vivir en armonía, pueda sembrar sus tierras y llevar la vida como la llevaban… hacemos un llamado a la autoridad para que den solución a esta situación tan complicada”.
El obispo refirió que los poblados en los que la situación es más crítica son Chicomuselo, Comalapa y Pantelhó; no obstante, dijo tanto sacerdotes como laicos han querido permanecer a lado de su comunidad a pesar de la violencia en esos lugares.
El mensaje del obispo López para las familias que han padecido esta violencia fue: “les pedimos a las comunidades que se unan pues si lo están podrán un poco resistir a los embates de esta situación. Comunidades divididas y dispersas son víctimas. También las familias, muy atentos a sus jóvenes porque muchos son captados por gente de mal. A quienes han perdido un familiar o sus pertenencias hacemos un llamado a la esperanza… Cristo ha pasado en su calvario y los acompaña”.
Las consecuencias de la guerra criminal
La misma diócesis publicó un comunicado -firmado por su obispo Rodrigo Aguilar– en el que reiteró su llamado a las autoridades del gobierno federal y de Chiapas, así como a las fuerzas de seguridad para que “generen las condiciones de seguridad para los pobladores en la región fronteriza, que sufren una guerra estratégica, por los grupos criminales que buscan exterminar a la población, por los altos intereses de la tierra y el territorio”.
También demandó a las fuerzas de seguridad llevar a cabo “el desarme y la detención de los grupos que hacen uso de armas de fuego exclusivas del Ejército Militar, tráfico de armas, detención y desaparición de personas, desplazamiento forzado, y ofrezcan las fuerzas de seguridad las garantías de vida, un retorno seguro y garanticen una seguridad social, cultural y económica a la población”.
Finalmente pidió a la comunidad internacional y a los defensores de derechos humanos hacer un proceso de observación “ante la situación de violencia desbordada en la región fronteriza, sierra, altos y centro de Chiapas, que genere unirse a nuestra causa en la construcción de la paz y la no violencia”.