Durante el fin de semana, se realizó la tradicional peregrinación en memoria del joven mapuche Ceferino Namuncurá en Chimpay (provincia de Río Negro). Una fiesta de la familia salesiana, bajo el lema: “Ceferino, mirada atenta, corazón sensible, manos solidarias”.
Cada 26 de agosto, aniversario del natalicio del Beato, se realiza este acto de fe, el más numeroso de la región Patagónica.
Comenzó con la llegada de los jinetes a la ermita del Parque Ceferiniano para acercar ofrendas, saludo y oración frente a la tradicional imagen. También llegaron peregrinos en bicicleta, a caballo, en caravana de autos y a pie, desde las distintos provincias, para participar de las distintas actividades programadas por la organización.
Hubo celebraciones y bautismos; visitas al beato para venerar su imagen, y oración junto al fuego al caer la noche, animada por la comunidad mapuche. Asimismo, los jóvenes participaron del canto a la tierra en el club Polideportivo de la ciudad.
El domingo 25, desde las primeras luces del día, se realizó la rogativa mapuche. Seguidamente, la multitud comenzó a peregrinar hacia el Parque Ceferiniano, después de dos horas de caminata. A las 11 comenzó la misa presidida por el obispo de Alto Valle de Río Negro, Alejandro Benna. Concelebraron los obispos de Viedma, Esteban Laxague sdb, y Juan Carlos Ares, titular de San Carlos de Bariloche; el padre Inspector de la Inspectoría Salesiana de Argentina Sur, Darío Perera sdb y su vicario, Osvaldo Braccia sdb, entre muchos salesianos de las comunidades cercanas.
Durante la homilía, el obispo señaló que, una vez más, “nuestro peñi Ceferino nos convoca, y con su ejemplo nos invita a vivir bien el momento presente. Hemos venido a renovar nuestra fe, junto con el querido Ceferino…”. Indicó que aquellas palabras pronunciadas por Pedro: ¿Señor, a quién vamos a ir? Tú solo tienes palabras de Vida Eterna, esas palabras de vida eterna se presente en el corazón de Ceferino.
Valoró la presencia de los peregrinos que se acercaron, de distintos modos, y la transmisión de esta práctica de abuelos a padres, y de padres al hijos. “¡Qué hermosa es la fe de ustedes! ¡Qué bien que nos hace ver tanta fe! ¡Qué hermoso que podamos compartir con ustedes y alentar para poder vivir la vida desde la fe! ¿Cuántos se han reconciliado con Dios por la intercesión de Ceferino?”, aseveró.
Seguidamente, referenció al lema de estas jornadas: “Ceferino, mirada atenta, corazón sensible, manos solidarias”
Pidió al Señor tener una mirada atenta, como la de Pedro que lo hace decir: “Tu tienes palabras de Vida Eterna”, para poder acompañar al pueblo con la fe, la esperanza, la caridad, la Eucaristía, y el perdón.
En segundo lugar, reclamó un corazón sensible porque ningún pueblo ni persona es descartable, Cree que el consumo, la tecnocracia y las adicciones hacen endurecer el corazón como una piedra, como en las guerras. Indicó que no hay que acostumbrarse al mal, al pecado, a la dureza del corazón. “No les importa la inflación, no les importa el trabajo de la gente, no les importa hipotecar el futuro del país, no les importa el cuidado de la tierra…”. Y agregó: “Se lo pedimos de corazón a Dios a través de Ceferino, ¡escuchen a la gente! Que haya un diálogo transparente”.
Por último, pidió a Dios manos solidarias; manos abiertas para compartir, para bendecir, para reunir, para ayudar. Mencionó una carta, leída previamente por el obispo Laxague, en la que Ceferino le escribe a su papá don Manuel: “Querido papá, algún día seré con celo y alegría para usted. Si no es en este mundo será en el otro. Nunca me olvido de usted y de la familia. Y siempre y todos los días pido al Señor que los bendiga y los libre de todos los males, corporales y espirituales”.
Benna indicó que Ceferino nunca fue una persona resentida, y ante una sociedad consumista, tecnócrata y descartable de personas, nos invita a una entrega por los demás. Finalmente, deseó: “¡Que madurando esto en el corazón y lleno de Cristo, podamos ser en nuestra vida servidores generosos de los demás”.