“Hoy lanzo un SOS urgente después de hablar con aquellos con los que abrimos los corredores humanitarios en Ucrania”. Es el grito en forma de carta abierta que la religiosa dominica, sor Lucía Caram lanza una petición de donaciones “a las diócesis de España, a las congregaciones religiosas y a todos los cristianos”.
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Caram, a través de la Fundació del Convent de Santa Clara, ha puesto en marcha el proyecto humanitario eclesial de referencia en toda Europa. Tras la oleada inicial de solidaridad, la consagrada denuncia que las ayudas públicas y las donaciones privadas han “disminuido considerablemente”. Sin embargo, desde la experiencia que ha adquirido tras realizar 27 viajes al país, confirmar que “la ayuda es más urgente que al inicio”, cuando se desató la invasión rusa en febrero de 2022. Prueba de ello es que en este tiempo, entre otras acciones, ha logrado entregar 140 vehículos sanitarios, 40 todoterrenos para rescatar personas, levantar un hospital de campaña y construir un segundo centro que será entregado este octubre.
En medio de la devastación
En concreto, la dominica reclama más fondos para hacer frente a tres necesidades concretas: comprar vehículos todoterreno “para rescatar vidas en medio de la devastación, especialmente en zonas de difícil acceso”, generadores eléctricos para proporcionar energía a las zonas que se han quedado sin luz y calefacción con la vista puesta en el invierno, y cargadores para teléfonos móviles “para mantener la comunicación, coordinar la ayuda y asegurar que las personas puedan estar en contacto con sus seres queridos y servicios de emergencia”.
Una de las ambulancias donadas a Ucrania por la Fundació del Convent de Santa Clara de Manresa
En su escrito, Caram se compromete a “coordinar la entrega personal de estas donaciones, asegurando que lleguen directamente a quienes más lo necesitan”. “De esta manera, como comunidad cristiana, estaremos presente y participando activamente en el alivio del sufrimiento del pueblo ucraniano, un pueblo que está viviendo su propio martirio”, expone la monja dominica, que cuenta con el respaldo explícito del papa Francisco en esta misión humanitaria.
Un invierno duro
Además, la religiosa alerta de que se avecina “un invierno muy duro, debido a los continuos ataques a sus infraestructuras, solo aumenta la desesperación de su pueblo”. “Nos encontramos ante una necesidad urgente, y creo firmemente que, si nos movilizamos juntos, podemos ofrecer una ayuda significativa y concreta que es esencial para salvar vidas y consolar en medio de tanto sufrimiento”, insiste.
