El purpurado hace un balance a Vida Nueva sobre la segunda asamblea presencial que este organismo celebró en Brasil
La Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama) ha celebrado del 23 al 26 de agosto su segunda asamblea en Manaos, corazón de la Amazonía brasileña.
Su presidente, el cardenal Pedro Barreto, arzobispo emérito de Huancayo (Perú), hizo un balance a Vida Nueva sobre este evento, que reunió a más de 70 referentes pastorales de la Amazonía.
Incluidos el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el desarrollo humano integral, y el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam).
“Misión cumplida”, apuntó el purpurado, puesto que se han cumplido “los dos objetivos fundamentales que teníamos”.
El primero, hacer una memoria agradecida del camino recorrido desde la primera asamblea presencial, “una memoria agradecida que sigue inspirando este caminar de la Iglesia desde la amazonía”.
Recordó que llevan un año y 9 meses de aprobar sus estatutos, que representan “un respaldo explícito de la Santa Sede y del papa Francisco”.
En segundo lugar, han consolidado “esta experiencia, que ha sido una bendición de Dios con la presencia casi unánime de los miembros acreditados de la Ceama tanto obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos y también la población indígena de nuestra querida Amazonía”.
Para el cardenal Barreto “esta segunda asamblea plenaria ha arrojado un sinnúmero de elementos”, en especial “se están tejiendo con mucha seguridad los cimientos de esta Conferencia Eclesial de la Amazonía”.
Señaló que recientemente participó del quinto encuentro de obispos brasileños de la Amazonía y “ahí he podido ver cómo esta conferencia eclesial se está abriendo paso en medio de dificultades en los territorios”.
Aún cuando en los territorios hay situaciones adversas, siente esperanza porque “vamos avanzando para tomar conciencia de este gran regalo de Dios que nos dio con la creación de la Ceama”.
Por supuesto, admite que “nos falta mucho camino por recorrer”. Espera que sus hermanos obispos de las 105 jurisdicciones eclesiásticas amazónicas sigan asumiendo el compromiso de convertir los sueños de Querida Amazonía en realidad.