El presidente de Nicaragua desaparece el fondo de seguros para sacerdotes ancianos

El gobierno de Daniel Ortega eliminó la asociación que entregaba una pensión mensual a 70 sacerdotes mayores de 60 años

El presidente de Nicaragua desaparece el fondo de seguros para sacerdotes ancianos

Al menos 70 sacerdotes de Nicaragua ya no recibirán sus fondos de jubilación debido a que el gobierno de Daniel Ortega eliminó, mediante un decreto, la ‘Asociación Pro Fondo de Seguros Sacerdotales. Fondo de Seguro Sacerdotal’, la cual era responsable de entregar una pensión mensual a los padres eméritos.



El Fondo de Seguro Sacerdotal es una de las 1,500 organizaciones que aparecen en el diario oficial La Gaceta con la personalidad jurídica cancelada por “estar en incumplimiento a las leyes” que regulan a los Organismos sin Fines de Lucro.

Según información del medio disidente La Prensa, con esa acción el gobierno despojó de “las contribuciones que realizan sacerdotes para su pensión al momento de retirarse por vejez”.

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Foto: Martha P. Molina

Así funcionaba el fondo de pensiones

Cabe recordar que en julio de 2023 el gobierno sandinista había congelado las cuentas bancarias de esa asociación “impidiendo que los sacerdotes adultos mayores retirados recibieran su pensión”. Ahora ha quedado eliminada oficialmente la asociación.

La personería jurídica de la asociación correspondía al año 2005, y de acuerdo con la abogada en el exilio, Martha Molina, ese órgano era el encargado de entregar una pensión mensual a los 70 sacerdotes mayores de 70 años.

“Con el aporte de cada sacerdote y la colecta anual del Miércoles de Ceniza es que existe el fondo. De ese fondo se saca para entregarle una pensión a los mayores de 75 años equivalente a 300 dólares y a los mayores de 65 años se les da 150 dólares”, explicaba la abogada al medio de comunicación, en declaraciones hechas el 21 de julio de 2023.

Se consumó el robo

En tanto, La Prensa citó a un sacerdote, cuyo nombre no fue revelado, quien confirmó que cada sacerdote contribuía con 70 dólares anuales, y la parroquia en el que ejerce su ministerio aportaba otros 150 dólares; con esta medida “los sacerdotes ya no tienen beneficios del seguro que anualmente abonaban”.

El sacerdote entrevistado explicó que, en su caso, aportó por muchos años 300 dólares anuales, y el año anterior ya no abonó debido al congelamientos de las cuentas. “Pero ya se hizo efectivo el robo, que al final se le hizo a la feligresía, que generosamente nos ayudan”.

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