En un tiempo de “auténtica revolución”, el papa Francisco se agarra a una certeza: todo hombre “está dotado de dignidad”

Significativo mensaje para el XVII Simposio Intercristiano, entre católicos y ortodoxos, que se celebra del 28 al 30 de agosto en la localidad italiana de Trani

En un tiempo de “auténtica revolución”, el papa Francisco se agarra a una certeza: todo

Del 28 al 30 de agosto, la localidad italiana de Trani acoge el XVII Simposio Intercristiano. Bajo el lema ‘¿Qué es el hombre? (Sal 8,5) En el tiempo de la mutación antropológica’, esta cita ecuménica entre católicos y ortodoxos es promovida conjuntamente por el Instituto Franciscano de Espiritualidad de la Pontificia Universidad Antonianum y el Departamento de Teología de la Facultad Teológica Ortodoxa de la Universidad ‘Aristóteles’ de Tesalónica.



El papa Francisco ha querido sumarse al encuentro con un mensaje en el que felicita “a los organizadores de esta experiencia única de colaboración concreta entre católicos y ortodoxos, que se ha convertido ya en una hermosa tradición”.

Replantearse su identidad

Haciendo referencia al tema del simposio, que reconoce que estamos “una época de mutación antropológica”, Bergoglio va más allá y advierte que “lo que está ocurriendo en nuestro tiempo podría calificarse de auténtica revolución. Los cambios provocados por la revolución de las tecnologías de la información, como, por ejemplo, el desarrollo de la inteligencia artificial, y los increíbles avances de las ciencias, obligan a los hombres y mujeres de hoy a replantearse su identidad, su papel en el mundo y en la sociedad, y su vocación de trascendencia”.

En este sentido, “la especificidad del ser humano en el conjunto de la creación, su singularidad con respecto a los demás animales, e incluso su relación con las máquinas, se cuestionan constantemente. Además, la manera en que los hombres y mujeres de hoy entienden las experiencias fundamentales de su existencia, como engendrar, nacer y morir, está cambiando estructuralmente”.

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Más allá de la negación y la crítica

Ante esta “revolución antropológica en curso”, no es posible “reaccionar únicamente con la negación y la crítica”. Más bien, urge “una reflexión profunda, capaz de renovar el pensamiento y las opciones a tomar”.

En clave ecuménica, el Pontífice cree que “este desafío afecta a todos los cristianos, sea cual sea la Iglesia a la que pertenezcan. Por eso es particularmente interesante que católicos y ortodoxos promuevan juntos esta reflexión”.

Una gran verdad

Así, “a la luz de la enseñanza de la Sagrada Escritura y de la Tradición cristiana, es necesario reafirmar que todo ser humano está dotado de dignidad por el mero hecho de existir, como entidad espiritual, creada por Dios y destinada a una relación filial con Él, independientemente de que actúe o no de acuerdo con su dignidad, de las situaciones socioeconómicas en las que vive o de sus condiciones existenciales”.

Como concluye el Papa, “la defensa de esta dignidad frente a amenazas muy concretas como la pobreza, la guerra, la explotación y otras, es un compromiso común en el que deben trabajar juntas todas las Iglesias”.

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