La Asociación Monasterio Santa Clara de Belorado no aparece como tal en el registro del Ministerio del Interior. Así lo ha podido constatar ‘Vida Nueva’ en una consulta al Fichero de Denominaciones de Asociaciones online del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska. En este contenedor virtual constan hasta diecisiete asociaciones en la localidad burgalesa, entre ellas el coro parroquial o plataformas que aglutinan lo mismo a agricultores y ganaderos que a cazadores, familiares de enfermos de Alzheimer o la peña del Athletic Club de Bilbao del pueblo.
Sin embargo, no hay rastro alguno de la entidad que pretendía registrar la ex abadesa del monasterio cismático, sor Isabel de la Trinidad, de nombre civil Laura Gil de Biedma. ‘Diario de Burgos’ adelantaba esta mañana que “el Ministerio del Interior les ha denegado su inscripción en el Registro oficial, según ha podido constatar este periódico de fuentes conocedoras del caso”. El plazo de resolución ante este tipo de solicitudes es de tres meses desde la entrada del expediente en la Subdirección General de Asociaciones, Archivos y Documentación.
Tal y como ha podido confirmar ‘Vida Nueva’, antes del pronunciarse, desde el departamento de Grande-Marlaska se pusieron en contacto con el Arzobispado de Burgos para conocer su parecer ante esta propuesta nacida desde el convento cismático. No es aventurado pensar que desde la Archidiócesis burgalesa no se mostraran favorables a la creación de esta entidad.
Este negativa del Ministerio del Interior supone un varapalo para el grupo liderado por la priora defenestrada por Roma, en tanto que contar con esta asociación fuera de el Registro de Entidades Religiosas le permitiría poner las bases para intentar justificar que el monasterio es suyo y no de la Iglesia, defender su permanencia en el convento y, de la misma manera, realizar cualquier operación de compraventa si apareciera un benefactor.
Lo cierto es que el pasado 8 de mayo, el mismo día que la ex abadesa firmaba el llamado ‘Manifiesto Católico’ con el que certificaba un cisma con Roma, también firmaba los estatutos de una primera entidad, la Asociación Monasterio de Santa Clara de Derio, como documento que certificara la independencia total de la Iglesia católica. En dichos estatutos se afirmaba que habían sido aprobados “por unanimidad” en capítulo conventual, esto es, el órgano de gobierno de la comunidad religiosa en la que estarían “la totalidad de sus miembros”. Este extremo lo negaría después sor María Amparo, la monja que huyó del convento para ser fiel a la Santa Sede, pero que en esa fecha todavía permanecía en Belorado.
En el caso de la Asociación Monasterio Santa Clara de Belorado, se habría constituido como tal en un ‘capítulo’ monacal celebrado el 18 de mayo. Entonces todavía no habían sido excomulgadas oficialmente. Sor María Amparo ya estaba refugiada en un convento en Vitoria, pero tendrían que haberla convocado, en tanto que estaba incardinada en Belorado para que, en principio, la creación de esa entidad fuera acorde a las propias normas de la comunidad.