“No os habéis reunido para optimizar -como desgraciadamente oímos a veces- los ‘recursos humanos’ de la Orden, ni para mejorar su rendimiento ni para preservar sus estructuras”. Este es uno de los principales mensajes que esta mañana lanzó el papa Francisco a los participantes en el LXXXVI Capítulo General de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, que cuenta con 10.500 frailes presentes en más de 100 países . Con el ministro general, fray Roberto Genuin, al frente, les recibió en audiencia el Palacio Apostólico Vaticano.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- El Podcast de Vida Nueva: bulerías católicas; bulos y noticias falsas sobre la Iglesia
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“Os invito a estar atentos para que nunca se pongan en el centro los recursos económicos, los cálculos humanos u otras realidades de este tipo”, alertó el pontífice, sabedor de que “todas son herramientas útiles, de las que también hay que preocuparse, pero siempre como medios, nunca como fines”.
Las personas en el centro
Con este punto de partida, el Obispo de Roma sentenció que “en el centro están las personas: aquellas a las que el Señor te envía y aquellas con las que te da vivir, su bien, su salvación”. Es más, el Papa sentenció que “en el centro está la fraternidad, que os animo a promover en vuestras casas de formación, en la gran familia franciscana, en la Iglesia y en todos los ámbitos en los que trabajáis, incluso a costa de renunciar a proyectos y realizaciones de otro tipo en favor de la fraternidad”. “La fraternidad es lo primero”, reiteró.
A partir de ahí, ahondó en el ser de su vocación para subrayar que “vosotros sois frailes. ‘¡Pero yo soy sacerdote!’ Sí, sí, pero después de eso. Lo importante es el fraile. Eres un sacerdote, un diácono, lo que sea, pero un fraile: esta es la base”.
Con un estilo abierto
En su alocución, además de invitar a los padres capitulares a promover la fraternidad, también expresó la necesidad de que los capuchinos ahonden en el don de la disponibilidad y el compromiso por la paz. “Quien cuida de su singularidad, pero sin transformarla en un don para sus hermanos y hermanas, ¡aún no ha empezado a ser capuchino!”, comentó el Sucesor de Pedro, que remarcó cómo forma parte de “la caridad” y el “estilo abierto” forma parte del carisma.
De la misma manera, les animó a redoblar su compromiso para acabar con “la injusta explotación de los pobres y la devastación ambiental”. Para ello, les alentó a vivir con “humilde valentía”, siendo “sencillos, libres y disponibles, dispuestos a dejarlo todo”.
En el marco de su discurso, con naturalidad, el Papa elogió de los capuchinos su capacidad para ser “buenos confesores”, como él mismo experimento en Argentina. No en vano, recordó que el pasado año creó cardenal al que fue su confesor, Luis Pascual Dri. Sobre él, explicó cómo siempre le contaba que “a veces siente el escrúpulo de perdonar demasiado —siempre perdona— y un día se presentó ante el Señor, en la capilla, para pedir disculpas: ‘Disculpe, Señor, he perdonado demasiado… ¡Pero fuiste Tú quien me dio un mal ejemplo!’”.