Antes y después de cada uno de sus viajes, Francisco acude a la basílica de Santa María la Mayor para encomendarle y darle gracias por estas peregrinaciones papales a la ‘Salus populi romani’, icono de la Virgen María. No podía ser menos en la antesala del que será el viaje más largo de su pontificado, que le llevará a partir de mañana a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. En total, serán doce días fuera de Roma, del 2 al 13 de septiembre, en los que recorrerá un total de 32.814 kilómetros, lo que equivale a 44 horas de vuelo.
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Este desafío para el pontífice argentino de 87 años llega cuando sus problemas de salud le han dado algo más que una tregua. Ha perdido algo de peso y sus dolores se han reducido, lo que le está permitiendo mejorar su movilidad, alternando el uso de la silla de ruedas con el bastón.
El freno pandémico
Este periplo papal estaba inicialmente previsto para 2020, pero la pandemia lo frenó en seco. Posteriormente una bronquitis y la gripe que llevó a anular su presencia en la cumbre del clima de Dubai llevó a sus colaboradores a congelar cualquier posibilidad de un viaje de larga distancia. Superadas estas incidencias, Francisco se moverá por Asia y Oceanía sin “preocupaciones adicionales”, tal y como ha manifestado el portavoz vaticano. Matteo Bruni.
El papa Francisco, ante el icono de la Salus Populi Romani
En cualquier caso, el inicio de curso del Obispo de Roma será intenso, puesto que, además de este viaje, también tiene previsto visitar Luxemburgo y Bélgica entre los días 26 y 29 de septiembre. Justo después, en octubre tendrá lugar la segunda vuelta del Sínodo de la Sinodalidad, una de las apuestas clave de su pontificado para promover una reforma estructural de la Iglesia católica.
