“Esta misión destaca el compromiso de la Iglesia con la promoción de una mejor comprensión del fenómeno migratorio, libre de prejuicios y polarizaciones”, ha dicho Gian Carlo Perego, arzobispo de Ferrara-Comacchio
Sandro Messina, director de la oficina de Migrantes de Fano (Italia), ha vuelto de una misión a bordo de un barco de apoyo al Mar Jonio, en un momento en que las ONG enfrentan nuevas dificultades. Por ejemplo, el Geo Barents, otra embarcación humanitaria de Médicos Sin Fronteras, ha sido retenido en el puerto de Salerno durante 60 días, lo que subraya los desafíos que enfrentan estas organizaciones en su labor de rescate en el Mediterráneo.
La misión de Messina se llevó a cabo en un barco de alquiler de 15 metros, con el objetivo de estar presente en el Mediterráneo central y ofrecer apoyo directo a quienes, día tras día, arriesgan sus vidas para salvar a migrantes en peligro.
Durante esta experiencia, Messina, de 65 años, tuvo la oportunidad de observar de primera mano la dedicación y profesionalidad de los socorristas de las ONG, así como el altruismo de aquellos que, sin importar sus creencias religiosas, se esfuerzan por ayudar a los más vulnerables.
“No podemos dejar que se ahoguen en un mar de indiferencia”, afirmó Messina al reflexionar sobre su participación en esta misión respaldada por la Fundación Migrantes y promovida por la iglesia local de Fano.
Desde la ONG subrayan, asimismo, que esta misión destaca el “compromiso de la Iglesia italiana con la promoción de una mejor comprensión del fenómeno migratorio, libre de prejuicios y polarizaciones”. Así lo ha explicado Gian Carlo Perego, arzobispo de Ferrara-Comacchio y presidente de la Fundación Migrantes, subrayando la importancia de esta iniciativa en el contexto actual.