De verdadero realismo mágico. Nicolás Maduro en un intento para desviar la opinión pública en torno a los dudosos comicios electorales que lo dieron como ganador de las presidenciales del 28 de julio, decidió adelantar “Navidad”.
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“Está llegando septiembre y dije: septiembre y ya huele a Navidad. Y por eso este año en homenaje a ustedes, en agradecimiento a ustedes, voy a decretar el adelanto de la Navidad para el 1 de octubre”, dijo el 2 de septiembre. Ese mismo día el Ministerio Público emitía una orden de captura contra Edmundo González Urrutia.
Lo cierto es que los obispos han salido al paso para recordar al líder chavista que “esta festividad no debe ser utilizada con fines propagandísticos, ni políticos particulares. La Navidad es un tiempo de reflexión, paz y amor, y debe ser respetada como tal”.
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Competencia de la Iglesia
Los prelados dejaron claro que “el modo y el tiempo” de esta celebración “competen a la autoridad eclesiástica que vela por mantener el verdadero espíritu y significado de este acontecimiento de riqueza espiritual e histórica, pues marca el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo”.
En este sentido, recordaron que este es un tiempo litúrgico es precedido por el adviento, que “este año inicia el 1 de diciembre”. Además estas celebraciones en Venezuela “vienen acompañadas de las tradicionales parrandas y misas de aguinaldo”.
La Navidad como “tal inicia el 25 de diciembre con el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo; y se extiende hasta la Epifanía del Señor en el mes de enero”.
“Con agrado recordamos las palabras de San Juan Pablo II, la Navidad es un acontecimiento histórico cargado de misterio: nace un tierno niño, plenamente humano, pero que es al mismo tiempo el Hijo unigénito del Padre”, finalizaron.
