México

El Gobierno de México otorga el premio Ohtli a la congregación fundada por la beata María Inés Teresa Arias

La Embajada de México ante la Santa Sede distinguirá a las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento con la máxima condecoración otorgada por el Estado mexicano a los connacionales en el extranjero





Este año, el Instituto de los Mexicanos en el Extranjero (IME) ha decidido otorgar el premio Ohtli a las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, fundadas por la beata María Inés Teresa Arias.



La presea más importante para mexicanos en el extranjero

A través de una carta, el embajador de México ante la Santa Sede, Alberto Barranco Chavarría, informó a la madre superiora de la congregación de este reconocimiento, que es el más importante que otorga el gobierno mexicano a los connacionales en el extranjero.

El premio Ohtli, cuya palabra en náhuatl significa “brecha o camino”, reconoce las aportaciones que personas o instituciones mexicanas y extranjeras realizan fuera de las fronteras para preparar los caminos por lo que el pueblo mexicano transita en el exterior.

“De esta forma, Ohtli condecora a quienes han apuntalado a la población mexicana en el mundo, desde lo científico, hasta lo social y lo cultural”.

Esta sería la quinta ocasión en que la presea se otorga en el Vaticano. En 2022, el Premio Ohtli fue entregado también a una institución de carácter religioso: al Pontificio Colegio Mexicano en Roma por abrir “brecha en el extranjero para que las generaciones más jóvenes de mexicanos y mexicanas que los han seguido, encuentren un camino relativamente más fácil de andar”.

¿Por qué se otorga el premio a una congregación religiosa?

Según la misiva, el reconocimiento del Gobierno de México a la congregación responde a su compromiso social, su devoción comunitaria y su presencia en varios países del mundo, poniendo siempre en alto el nombre de México.

“El Ohtli también premia que las clarisas sean una fuente de apoyo para las actividades que realiza la embajada. Por último, la condecoración encomia su trabajo promoviendo nuestra cultura, música y tradiciones, tanto en Roma como en otras latitudes”.

El premio a las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento se entregará el próximo viernes 13 de septiembre en la residencia de la Embajada de México ante la Santa Sede.

María Inés Teresa Arias. Foto: Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento

El premio consiste en una medalla, una roseta de plata y un diploma, como símbolo de que los mexicanos residentes en el país o en el exterior, reconocen y aprecian el valor de las actividades que la persona u organización realiza en favor del bienestar de los compatriotas donde quiera que éstos se encuentren.

¿Quién es la madre María Inés Teresa Arias?

La beata María Inés Teresa Arias nació en Ixtlán del Río (México, 1904). Ingresó en la vida religiosa en 1929 (California y luego México, donde fue consejera, secretaria y maestra de novicias).

La fundación del convento de Cuernavaca fue en 1945, con decreto aprobatorio de la Santa Sede. La comunidad se transformó, por Decreto Pontificio (1951), en Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento.

Murió en Roma el 22 de julio de 1981, no sin antes dejar una familia misionera de religiosas, sacerdotes y laicos esparcidos en los cinco continentes.

A la fecha las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento se encuentran en: México, Japón, Estados Unidos, Costa Rica, Indonesia, Italia, España, Nigeria, Corea, India, Rusia, Argentina, Sierra Leona, Irlanda y Vietnam.

Además del testimonio de su dedicación al servicio de la Iglesia y de sus viajes misioneros dejó un abundante legado espiritual manuscrito, de gran riqueza espiritual y misionera: cartas, consejos y reflexiones, estudios y meditaciones y ejercicios espirituales.

¿Quiénes son las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento?

La congregación fue fundada por la madre María Inés Teresa Arias en Cuernavaca, Morelos, México el 23 de agosto de 1945.

En 1951 envió a las primeras misioneras ‘Ad Gentes’ a distintas partes del mundo. Todas ellas impregnadas del mismo espíritu de su fundadora: ofrecerse a sí mismas por la salvación de las almas.

Su ‘Oportet illum regnare’ (Urge que Él reine) expresa la misión de la congregación, que toma como algo muy propio el deber de evangelizar, compartiendo la responsabilidad de la Iglesia de dar a conocer el mensaje evangélico al hombre en todas las condiciones sociales, culturales y económicas, sin importar su raza o creencias.

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