La cuarta y última etapa del viaje apostólico de Francisco se desarrolla en la ciudad-Estado de Singapur, donde el Papa aterrizó a primeras horas de la tarde proveniente de Timor Oriental después de un viaje de cuatro horas de duración. Aquí permanecerá solo un par de días antes de regresar a Roma, donde está previsto que lleguemos el viernes a las 18:30 horas. Es, por tanto, la visita más breve de las cuatro.
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Llegar a esta megalópolis de casi seis millones de habitantes ha supuesto un cambio radical de situación; hemos estado previamente en tres países con economías no muy brillantes y en algunos casos con niveles muy altos de pobreza.
Singapur (nombre que en sanscrito significa ‘ciudad del león’) es considerada con Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán, uno de los cuatro “tigres de Asia”. En efecto la suya es una de las economías más agresivas y potentes del planeta, a pesar de no disponer de materias primas, pero sus sucesivos gobiernos han sabido aprovechar el pragmatismo y la combatividad de sus conciudadanos para lanzar un exigente programa de progreso social y económico.
Discreto recibimiento
Al Pontífice se le ha dispensado un recibimiento discreto, puesto que acudió a recibirle el ministro de Cultura y de la Juventud, con el que mantuvo una primera conversación en uno de los salones del modernísimo aeropuerto. Inmediatamente después, Jorge Mario Bergoglio se dirigió a la que va a ser su residencia durante su estancia en Singapur: la casa de retiro San Francisco Javier.
Los 17 kilómetros empleados para alcanzar su objetivo le han permitido contemplar un panorama urbano de muy cuidada belleza; toda la ruta esta ajardinada y con una limpieza que es casi imposible encontrar en otras ciudades; también destacan sus rascacielos que configuran un ‘sky line’ perfectamente reconocible.
A partir de mañana jueves 12 de septiembre comenzarán las actividades papales: la primera parte del día estará dominada por la ceremonia de bienvenida, que se desarrollará en el sede del Parlamento; en ella encontrará sucesivamente al presidente de la República, Tharman Shanmugaratam; al primer ministro, Lawrence Wong; y –cosa excepcional– al ex primer ministro, Lee Hsien Long, hijo del primer ‘premier’ del país, Lee Kuan Yew, impulsor de un ambicioso plan de modernización e industrialización de la isla. También pronunciará un discurso ante las máximas autoridades en el Centro Cultural Universitario.
Desde el primer momento, el Obispo de Roma ha estado acompañado por el cardenal William Goh, que, desde 2013, rige los destinos de la Iglesia católica; esta, con razón, se enorgullece de ser el grupo religioso que ha conocido mayor crecimiento en los últimos años mientras otras iglesias o grupos de creyentes han sufrido ligeras pérdidas de seguidores .
Es mérito, sin duda, de los 150 sacerdotes y de las religiosas que regentan escuelas e instituto de beneficencia como la Casa de San José o el Colegio Católico Junior, donde estudian numerosos alumnos a los que se pretende transformar en “pensadores con misión y líderes con corazón”.