Chandavila ya es oficialmente santuario diocesano de Mérida-Badajoz

Durante la eucaristía, celebrada ayer, el arzobispo José Rodríguez Carballo prometía ir a visitar a Marcelina, quien, el 27 de mayo de 1945, siendo una niña de 10 años, vio a la Virgen en el lugar en el que hoy se alza el templo

Chandavila ya es oficialmente santuario diocesano de Mérida-Badajoz

El arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo, presidía ayer, 15 de septiembre, en el Santuario de Chandavila (La Codosera), una misa multitudinaria en la que nombraba este santuario como Santuario Diocesano, paso previo para declararlo Santuario Nacional y, posteriormente, Santuario Internacional.



Los actos comenzaban a las 19:00 horas con la lectura de la carta enviada por el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, firmado por el propio papa Francisco, en la que se reconocía la riqueza espiritual de este lugar, y el posterior decreto del arzobispo.

Finalmente, se leía el nombramiento del nuevo rector del Santuario y Rodríguez Carballo se trasladaba al camarín de la Virgen para hacerle entrega de un rosario bendecido por el papa Francisco y de una cruz pectoral que el papa Benedicto XVI le regaló en su día al actual arzobispo de Mérida-Badajoz, que puso a la Archidiócesis de Mérida-Badajoz y su pontificado en manos la Virgen de Chandavila.

La Eucaristía, en la explanada, estuvo concelebrada por el obispo emérito de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, y medio centenar de sacerdotes, algunos de ellos procedentes de la vecina Portugal. Entre los asistentes se encontraba la Consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, Victoria Bazaga y el alcalde de La Codosera, Juan Manuel Gómez Herrera.

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Misa multitudinaria
en la que nombraba el santuario de Chandavila como Santuario Diocesano

Visita a la vidente

En su homilía, José Rodríguez Carballo dio las gracias al Santo Padre y saludó a Marcelina, la primera vidente de la Virgen, que aún vive, y anunció su intención de ir a visitarla próximamente.

Asimismo, el arzobispo pidió que Chandavila siga siendo lugar de peregrinación, “como me ha pedido personalmente el papa Francisco” -dijo-, y recordó cómo “empezó todo el 27 de mayo de 1945, domingo, a las tres de la tarde, cuando una niña de 10 años, Marcelina Expósito, vio a la Virgen en un castaño” y todo lo acontecido posteriormente.

Rodríguez Carballo afirmó que la Virgen se hizo presente en “un pueblo pequeño y periférico”, lo que prueba que la Madre de Dios y Madre nuestra prefiere a los pobres y sencillos para dejarnos el mensaje de “paz, reconciliación, perdón y oración”. Por ello pidió que nos dejemos reconciliar para ser elementos de reconciliación en nuestros ambientes.

Primera piedra de una hospedería

Por último, el rzobispo de Mérida-Badajoz realizó dos anuncios; el primero de ellos es que dentro de un año, tiene intención de que se coloque la primera piedra de lo que será una hospedería para los peregrinos que acudan a Chandavila y el segundo que cada sábado se celebrará una misa en portugués para los peregrinos de lengua portuguesa, que acuden con frecuencia.

Finalizada la misa, el presidente de la cofradía, José Lucio, le entregaba al arzobispo un cuadro de la Virgen. La procesión de las velas, con el rezo de los Siete Dolores, cerraba los actos.

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