España

Antonio Allende: “No se evangeliza igual en la parroquia que en la facultad”





El 3 de septiembre, el jesuita Antonio Allende tomó posesión como rector de la Universidad Pontificia Comillas con el reto de “cuidar y sostener una institución pujante, viva, consolidada y de probada calidad que ha servido a la sociedad y a la Iglesia durante 120 años”. El hasta ahora delegado de Educación de la Provincia de España, además de teólogo y filósofo, es licenciado en Filología Inglesa.



PREGUNTA.- “Mientras tenga sustico, le pondrá empeño al asunto”. Es lo que le dijo el prepósito general de la Compañía en su toma de posesión. ¿Ya se le ha pasado el susto?

RESPUESTA.- Sí, aunque algo de respeto siempre da que te pongan al frente y seas la cara visible de una organización tan grande, tan conocida, tan importante como es Comillas. Eso impresiona a cualquiera. Toda persona con dos dedos de frente se pregunta con qué recursos psicológicos, profesionales y espirituales cuenta para enfrentarse a esto. Una vez que te pones a trabajar te das cuenta de tus limitaciones, pero también es cierto que no me subo a un carro que esté parado ni tengo que inventar nada. Aquí hay una gente extraordinaria, hay una tradición magnífica, unos modos de hacer muy profesionales y un gran deseo de cumplir la misión que la Compañía nos encarga. Todo esto hay que cuidarlo y yo me he dedicado toda mi vida a acompañar y cuidar.

P.- Gestionar los 69 colegios de los jesuitas en España no es tarea fácil…

R.- Con 85.000 alumnos, 7.000 profesores y cerca de 50.000 familias. La universidad también tiene una complejidad de tareas con unos campos de conocimiento distintos, con 16.500 alumnos y con 2.200 profesores.

P.- ¿Qué cree que puede aportar de su cosecha?

R.- El conocimiento de la misión de la Compañía de Jesús y mi manera de afrontar la gobernanza de las instituciones y gestionar equipos de personas desde el cuidado, que pasa por adaptar, modernizar y contratar, no tanto en la gestión, porque está extraordinariamente gestionada. Sí nos tenemos que poner en línea de adaptar, modernizar, contrastar el modo de gobernanza para ganar agilidad y eficacia, y responder a las necesidades de cada momento, del momento actual.

P.- ¿Para ser más sinodales?

R.- Por supuesto. El Papa quiere introducir en la Iglesia un modo de hacer que es más transparente, con más diálogo y escucha. En este campo, todos tenemos que mejorar. No es una cosa específica de Comillas, sino que todos debemos de alinearnos en esta escucha del Espíritu y ponernos a trabajar entre todos siguiendo a lo que el Espíritu nos llama.

Contagiar el Evangelio

P.- Comillas es sinónimo de excelencia académica, ¿también hay excelencia a la hora de contagiar el Evangelio?

R.- En la universidad hemos de promover el diálogo fe y cultura con los alumnos y docentes, y además trabajar en que nuestros ‘alumni’, es decir, los antiguos alumnos, sean capaces de transformar el mundo de acuerdo al Evangelio. Eso es muy difícil de medir, pero lo que es cierto es que te puedes encontrar antiguos alumnos de Comillas en todos los campos del conocimiento, en todo tipo de empresas o plataformas sociales en los que están realmente llevando el espíritu del Evangelio. Si me preguntas por una transmisión explícita del Evangelio, llevamos a cabo un acompañamiento a los creyentes y considero que la universidad es un lugar propicio para el primer anuncio a todos.

P.- Hay quien cree que los centros educativos de la Iglesia han de ser una fábrica de católicos…

R.- No estoy de acuerdo. Cada institución de la Iglesia trabaja el Evangelio a su manera. Nosotros no somos ni un centro social ni una parroquia, somos una universidad. El Reino de Dios se ‘pelea’, en términos coloquiales, en muchos sitios y de maneras diferentes. El conocimiento y la investigación es un lenguaje que invita a entrar en diálogo con la fe de una manera que no le corresponde a una parroquia, y viceversa. Por supuesto, nosotros tenemos un servicio de pastoral que estamos potenciando porque pertenece a nuestra identidad como universidad católica jesuita.

P.- En su toma de posesión planteó como ejes de acción “la justicia social y la sustentabilidad ecológica”. ¿Cómo se traduce en el día a día?

R.- Primero tenemos que practicar lo que predicamos. Por ejemplo, en referencia al cuidado de la Casa común, además de tener una unidad de investigación ecológica, también procuramos ser una universidad ecológica, que cuida el medio ambiente. A eso tenemos que añadir la esencia de la ecología integral de Francisco, que es el cuidado de quienes habitan en esa Casa común. Y ahí es donde se encuentra uno de nuestros buques insignia, el Instituto de Migraciones. Además, hay que unir el compromiso social que tenemos con cuestiones como los abusos a menores.

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