Joseba Segura ha participado en la apertura del curso de la Escuela de Formación Misionera
La Escuela de Formación Misionera abría ayer, lunes, sus puertas para iniciar la XXXIII edición, en un arranque de curso que contó con la presencia de Joseba Segura, obispo de Bilbao y presidente de la Comisión Episcopal para las Misiones y Cooperación con las Iglesias.
El prelado, que recordó su pasado como misionero en Ecuador, destacó la importancia de respaldar iniciativas formativas como la de la EFM, que lleva preparando a misioneros más de tres décadas. “Esta escuela, que tiene una misión muy importante, merece el respaldo de la Conferencia Episcopal Española“, afirmó Segura.
Asimismo, el prelado señaló la “gran oportunidad” que afronta la Escuela en la actualidad, enmarcada en un mundo globalizado y cambiante, donde la misión ad gentes necesita afrontar “nuevas reflexiones y desafíos”. “Cuando yo fui a la misión tampoco tuve la oportunidad de hacer una reflexión específica sobre lo que significa la experiencia misionera (…) Ahora hay muchas preguntas interesantes”, confesó.
La inculturación y las tensiones que se generan dentro de una Iglesia en la que caben todos, son algunas de esas grandes cuestiones a las que invitó a vivir y a repensar. “Es muy importante saber qué es lo que somos y lo que realmente podemos aportar a la extensión del mensaje cristiano en este mundo”, explicó.
En la inauguración también estuvo presente el Equipo Directivo de la Escuela de Formación Misionera, del que forma parte el sacerdote diocesano Jorge López Martínez, director del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME). Durante su intervención, López animó a los asistentes a “ir a la misión, después de esta experiencia, es ir doblemente acompañado”.
Además, el sacerdote aprovechó su discurso para poner en valor la diversidad de alumnos que este año van a formarse en la EFM. Alrededor de una veintena de alumnos, de hasta ocho nacionalidades diferentes dan fe de “la riqueza de la Iglesia universidad”, apuntó.