El purpurado mexicano cuestiona la forma en que se votó la reciente reforma judicial: “¿Y tantas manifestaciones que hubo para que no se aprobara, no son expresión de un pueblo?”
El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, cuestionó que los máximos líderes políticos de México, “de la presidencia para abajo”, argumenten que sus decisiones están sustentadas porque el pueblo les apoya y está de acuerdo con ellos, pero esto -dijo- es una visión parcial de la realidad.
“Legisladores aprueban leyes porque dicen que así lo quiere el pueblo, que sus decisiones de cambios constitucionales son mandato del pueblo, porque ganaron las elecciones pasadas. Pero, ¿de qué pueblo hablan?”, cuestionó el cardenal.
Al respecto, recordó que para la presidencia de la República la ganó el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sólo con 36 millones de votos, mientras que 64 millones de mexicanos, entre la oposición partidista y el abstencionismo, no les apoyaron. “¿Dónde está el mandato del pueblo?”, insistió.
También cuestionó la asistencia masiva al tradicional Grito de Independencia la noche del pasado 15 de septiembre, en el aniversario de la gesta de Independencia. “Se llenó el zócalo de la Ciudad de México, de ello deducen que la mayoría del pueblo les apoya; pero esto es tener una visión muy parcial de la realidad. Muchos van a ese evento por convicción y por apoyar al gobernante en turno, sin duda; pero muchos otros van acarreados, por curiosidad, o por escuchar gratuitamente a los conjuntos musicales que ambienten ese momento”.
Y continuó: “¿Y tantas manifestaciones que hubo para que no se aprobara la reforma judicial, no son expresión de un pueblo? ¿A qué pueblo se refieren?”.
Recordó que, siendo obispo en Chiapas, a veces llegaban a verlo grupos, a veces numerosos, para pedirle algo, con el argumento de que el pueblo lo pedía. “Pero no siempre era el pueblo quien pedía tal cosa, sino sólo un puñado de gente”.
Al referirse también a la reciente reforma judicial, dijo el cardenal Arizmendi que elegir por voto popular a los jueces, a los integrantes de las instancias judiciales, no fue decisión de una consulta pública debidamente reglamentada, sino propuesta del alto jefe gobernante.
“Y como sus partidarios no se atreven a llevarle la contra, para no exponerse a su rabia, a sus descalificaciones y amenazas, incluso penales, aprobaron el respectivo cambio constitucional. Pero no se puede aducir que es decisión del pueblo. ¿Cuál pueblo?”
Por último, el cardenal mexicano expresó que “en todo organismo vivo social (familia, pueblo, nación, Iglesia, etc.), como en el cuerpo humano, hay muchos miembros, muy diferentes entre sí. Para que el cuerpo tenga vida sana, no pelean unos miembros contra otros, ni intentan destruirse, sino que se respeta lo que compete a cada uno y, juntos, crecen, se desarrollan y viven. Así deberíamos ser en la sociedad y en la Iglesia”.