Justo en el día en el que el Gobierno ha vuelto a impulsar su campaña para que desaparezca el delito de odio contra los sentimientos religiosos, el Ministerio de Cultura y Deporte ha anunciado que la ilustradora coruñesa Bea Lema ha sido distinguida con el Premio Nacional del Cómic 2024 por la obra ‘El Cuerpo de Cristo’. Un galardón dotado con 30.000 euros. La portada muestra el paralelismo religioso al presentar la toma de una pastilla en el formato de un recordatorio clásico de primera comunión. Exorcismos, brujas y otros demonios se combinan en esta historia que se sitúa en el contexto de una una España patriarcal, pobre y católica –si bien la autora nació en 1985–.
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El amor y otros demonios
El jurado, presidido por María José Gálvez Salvador, directora general del Libro, del Cómic y de la Lectura del ministerio, ha destacado que la obra es “innovadora, arriesgada en lo formal, con texturas y composiciones que trascienden las técnicas más utilizadas sin renunciar al uso del humor y a una mirada poética”. Y es que el cómic está basado en la experiencia que vive la autora cuando diagnostican a su madre una enfermedad mental.
Lena ha explicado a la agencia EFE que “el objetivo de ‘El Cuerpo de Cristo’ es dar visibilidad a las enfermedades mentales” y reflejar el “amor dentro de ese sufrimiento”. La versión francesa, titulada ‘Des maux à dire’, también fue premiada en 2022 y su primera sesión, ‘O Corpo de Cristo’ que muestra la enfermedad mental desde la perspectiva de una niña, obtuvo otro premio regional en 2017. Bea Lema ha realizado ilustraciones para revistas, carteles o libros infantiles. Su trabajo, generalmente autobiográfico, trata temas como la locura, las relaciones familiares, la religión, el trauma y los ritos populares.
Para el jurado esta visión de ‘El cuerpo de Cristo’ supone “una obra de gran belleza visual y profunda emoción que ofrece una mirada sorprendente en la relación entre madre e hija, siendo una auténtica exploración del lenguaje que utiliza recursos estéticos alternativos y muestra una nueva forma de tejer la historia reivindicando la propia memoria migrante”.
