Del 16 de septiembre al 12 de octubre, la III Caravana por la Ecología Integral recorre diez ciudades europeas de Bélgica, Francia, Italia (incluida una visita al Vaticano), Austria, Alemania y España, con paradas en Madrid, Bilbao, Valladolid y Cáceres.
Organizada esta edición por la Red Iglesias y Minería (RIM), el Consejo Indigenista Misionero (CIMI) y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), en nuestro país se suma Enlázate por la Justicia, conformada por Cáritas, Cedis, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES, que a su vez engloba a decenas de entidades católicas.
Para trasladar aquí “el clamor de la tierra” y denunciar la “injusticia ecológica”, conforman la caravana líderes sociales de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Perú que acompañan a pueblos afectados por el extractivismo y la minería. En Madrid, tras el encuentro con los medios de ayer en la Asociación para la Solidaridad (ONG redentorista integrada en REDES), hoy los miembros de la caravana han tenido otros dos importantes encuentros: en la Conferencia Episcopal Española, donde se han visto con los responsables de la Delegación de Pastoral y Ecología, y en la sede de la Plataforma de Empresas Responsables.
En ambos actos habrá resonado con fuerza el testimonio de la argentina Valentina Vidal, trabajadora social muy comprometida en la defensa del pueblo mapuche en la Patagonia; concretamente, en la localidad donde reside, Ingeniero Jacobacci. Allí, acompaña a los misioneros claretianos en la denuncia del extractivismo. Con la la Red Iglesias y Minería, también se entrega en cuerpo y alma a la Campaña de Desinversión.
En este sentido, la lucha junto a los pueblos indígenas se dirige a la denuncia de las actividades de la empresa canadiense Patagonia Gold, que en la región se dedica a la minería de oro y plata. Pero sabe que se enfrentan contra un gigante: “Como todas las multinacionales, los gobiernos les dan todas las facilidades para que actúen como quieran”.
De ahí que lamente que cada vez más, en los altos organismos internacionales, se hable de “transición energética”. Y es que, “para nosotros, ese supuesto nuevo paradigma se traduce en más injusticia y más extractivismo”. Además de algo ilógico: “En nuestra región, el 80% de la gente se dedica a la ganadería, pero nos encontramos con que hay 86 proyectos mineros… Y estos acumulan la mayor parte del agua”. Es decir, que no hay agua para los pastos y, en definitiva, el ganado que sustenta a la población local tiene mucho más difícil salir adelante, extendiendo la pobreza.
De ahí que Vidal llame a Europa a “tener una mirada crítica sobre esta realidad. Necesitamos una alianza Norte-Sur, una movilización ciudadana”. Y todo en base a esto: “Cuando hablan de la ‘transición energética’, de ‘desarrollo’ de ‘progreso’… Y para nosotros eso se traduce en ‘muerte’. Vamos hacia el colapso socio-ecológico del planeta y no hay políticas internacionales que lo frenen”.
Y lo peor es que ni siquiera se consulta, como se debiera, a las comunidades locales: “Los estados son cómplices. Todos los proyectos mineros entran con violencia, imponiéndola a las comunidades que se oponen”.
La docente chilena Joan Jara Muñoz, que convive con el pueblo mapuche en el territorio de Misión Boroa, dirige allí la Escuela de la Congregación de las Hermanas Misioneras Catequistas. Encanrnada en la espiritualidad claretiana, los pilares de su lucha son la defensa de la Casa común, el apoyo a los territorios indígenas y la denuncia del extractivismo. Desde este bagaje, clama “por la dignidad del pueblo mapuche, que hoy en día se ve amenazado por el exractivismo forestal y por el impacto de la minería”.
Desde la conciencia de que “el vigente modelo económico nos empobrece”, apela a la “ecoespiritualidad”, que “no solo se vive en el cristianismo, sino en el simple gesto de compartir la vida con los pueblos a los que acompañamos, viviendo con ellos sus penas y su lucha, resistiendo en comunidad”.
Fotos: Enlázate por la Justicia.