“No es un sacerdote de la Iglesia católica, apostólica y romana, y no está incardinada en esta diócesis”. Con esta contundencia, la Arquidiócesis de Rosario reniega de Sergio Casas Silva, el actual ‘capellán’ de las clarisas cismáticas de Belorado.
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Según ha podido confirmar ‘Vida Nueva’ de fuentes eclesiásticas argentinas, el juez de boxeo y campeón nacional en preparar mate no puede ser considerado hoy por hoy un cura fiel a Roma. Sin embargo, sí habría sido ordenado como presbítero católico.
Ordenación cuestionada
Al parecer, Casas Silva inició su formación en el seminario San Carlos Borromeo, pero apuntan que no terminó los estudios requeridos como futuro sacerdote. Sin embargo, finalmente fue ordenado por el entonces obispo salesiano de la diócesis de Venado Tuerto, Mario Picchi. Quienes conocen la trayectoria de ambos recuerdan que el obispo salesiano llegó a ser “condenado a prisión domiciliaria” y “ordenó de manera más que cuestionable a más de sesenta sacerdotes que habían sido expulsados de otros seminarios”.
Entre este grupo de jóvenes, estaría el hoy asesor espiritual de las clarisas burgalesas excomulgadas. “Ya de joven apuntaba maneras, decíamos de él que era un ‘pichón de cuervo’, pero no nos imaginábamos que llegaría hasta este extremo”, reconocen los que trataron entonces a Casas Silva.
Deriva al sedeprivacionista
Convertido en sacerdote, el sucesor de Picchi en Venado Tuerto, Paulino Reale, le expulsó de la diócesis. Fue entonces cuando comenzó su periplo por diferentes movimientos tradicionalistas, entre ellos, el Instituto de la Madre del Buen Consejo (Istituto Mater Boni Consili), un grupo que se define como ‘sedeprivacionista’. El sedeprivacionismo describiría a aquellos católicos tradicionalistas que sostienen que, si bien el actual Papa está elegido legítimamente, carece de autoridad y capacidad para enseñar o gobernar salvo que se retracte de los cambios del Concilio Vaticano II.
En 2022, Casas Silva dio un paso más para romper con la Iglesia católica al separarse del Mater Boni Consili y abrazar ya el sedevacantismo. Este rechazo frontal a las reformas conciliares y a toda autoridad papal posterior a Pío XII le llevó a entrar en la esfera cismática y, por tanto, a tiro de las ex monjas de Belorado cuando expulsaron al falso obispo Pablo de Rojas y el cura coctelero José Ceacero.
Organizar un ‘rodizio’
Desde finales de junio se convirtió en su capellán en funciones. En verano, compartió esta particular misión con el falso obispo brasileño, Rodrigo Ribeiro da Silva, el nuevo mentor de las clarisas excomulgadas. Con Ribeiro da Silva de vuelta a su país, el ‘sacerdote’ argentino continúa atendiendo a las monjas. Pero puede que sea de manera interina, a juzgar por las declaraciones de falso obispo latinoamericano: “Estamos con varios sacerdotes intentando organizar un ‘rodizio’, por así decirlo, -una rotación- para ver quienes están disponibles cien por cien para ese proyecto. Algunos padres se alistaron ya de manera voluntaria para pasar unos meses en el convento”.
Desde Argentina también confirman que el Ministerio de Educación le trasladó del instituto en el que era profesor, tras dar credibilidad a las denuncias de un sindicato de profesores que le acusaba de “dar clases discriminatorias, misóginas, antidemocráticas y homofóbicas”. Fue entonces cuando la Arquidiócesis de Rosario corroboró que Casas Silva “ya no era un sacerdote católico”. Hoy por hoy, además de ejercer de capellán en Belorado, también contaría con una capilla propia en Rosario, la llamada Fundación San Lorenzo.