El secretario general de la Conferencia Episcopal Española cuestiona la eliminación del delito contra los sentimientos religiosos: “Se podría recurrir ante tribunales europeos”
“Que se anule esta tutela a la libertad religiosa, esta libertad fundamental, es preocupante”. Es la reflexión que compartió ayer el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, César García Magán, ante la decisión del Gobierno de eliminar el delito contra los sentimientos religiosos del Código Penal.
En una entrevista en ‘El mati’ de Radio Estel, el también obispo auxiliar de Toledo recuerda que “la mayoría de los países de la UE, 21 sobre 27, tutelan este derecho. Los otros 6 lo tienen despenalizado. No nos adherimos a esta minoría“. “No se puede anular la protección a la libertad religiosa recogida en la Constitución”, sentencia García Magán, convencido de que “es un derecho fundamental que recoge la Constitución y que tiene una especial tutela”. “En situaciones como el estado de alarma, por ejemplo, queda protegido frente a otras, ya que no se puede limitar”, recuerda.
Por todo ello, augura que “la difamación, la ofensa y la mentira contra los sentimientos religiosos” se abrirá paso en caso de que culminen los planes de Moncloa. Eso sí, deja caer que esta reforma “se podría recurrir ante tribunales europeos”. Además, el secretario general de los obispos apunta que la despenalización “afecta también a los evangelistas, anglicanos, ortodoxas, judíos y musulmanes”. “Parte de la población española se sentirá desprotegida”, alerta.
En la misma intervención, García Magán ha reiterado su defensa de la gestión del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, tras la decisión de interponer la demanda de desahucio para expulsar a las ex clarisas del convento de Belorado. “Secundamos el trabajo que hace el arzobispo Iceta con una paciencia absoluta. Les ha dado mil y una oportunidades para volver, pero ellas se han situado fuera de la iglesia”, señala el portavoz episcopal. Aun así, expresa que “todo esto lo vivimos con dolor, porque siempre que se produce una ruptura en la comunidad eclesial es un momento de dolor.”