En el marco del simposio ‘Plantando bandera frente a la deshumanización’, el cual conmemora el décimo aniversario del Encuentro Mundial de Movimientos Populares, el papa Francisco ha hecho un contundente llamado a la justicia social y la lucha contra las desigualdades estructurales. Entre ellos, ha reivindicado el Salario Básico Universal.
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“Toda fortuna es producto del trabajo de muchas personas y muchas generaciones, de inversión pública en conocimientos científicos y del desarrollo estatal de infraestructura”, ha señalado el Papa. “Todas las ‘maravillas’ que hoy tenemos son en parte fruto del ingenio empresario, pero también de la más humilde madre de familia que crió a los hijos de sus obreros”, ha recordado.
Por eso, ha aseverado el Papa, “además de necesario, es justo que se distribuyan los frutos de tanto esfuerzo intergeneracional y colectivo entre todos los integrantes de la sociedad”. En este sentido, ha recordado que la propuesta de un Salario Básico Universal es fundamental para que, “en tiempos de automatización e inteligencia artificial, en tiempos informalidad y precarización laboral, nadie esté excluido de los bienes básicos necesarios para la subsistencia”.
“Eso es compasión, sí, porque no se explica sin amor… pero además es de estricta justicia”, ha insistido el Papa, recordando que la compasión y al amor son los fundamentos de una verdadera justicia social. “La justicia social, también la ecología integral, solo se entiende a partir del amor”, señaló. El Pontífice invitó a todos los sectores de la sociedad a actuar con compasión y a construir un futuro donde “ninguna persona quede tirada”.
“Todos tenemos la misión de hacer efectivo ese amor en nuestra vida cotidiana, en nuestras relaciones familiares y en la acción específica de cada espacio comunitario”, ha insistido el Papa, esperanzado de que la humanidad pueda “retomar el camino correcto”.
“Servir al dinero es una gran apostasía”
“Retomar el camino es generar una sociedad distinta, pero no desde lógicas refundacionales que, en definitiva, terminan reproduciendo la cultura del descarte, en este caso, del descarte cultural”, ha explicado. “Miremos con gratitud la historia que nos ha precedido. Ese es nuestro cimiento. Que nadie nos robe la memoria histórica y el sentido de pertenencia a un pueblo”.
Y es que “los valores universales crecen desde las raíces de cada pueblo, desde su propia belleza que aporta un nuevo plano al poliedro maravilloso de la familia humana y la casa común”. “Hay intereses que son globales, pero no universales. Recordemos esto: globales pero no universales. Buscan uniformar y someterlo todo”, ha aseverado. “Tengan cuidado con eso porque los cocodrilos vienen camuflados; tengan cuidado, pero no tengan miedo”.
De hecho, para Francisco “la cobardía lleva a muchos políticos a cambiar sus convicciones por sus conveniencias”. “Los pasaron por la amansadora de grandes medios, las redes sociales, tuvieron miedo y claudicaron. Adoptan entonces posturas servil frente a los económicamente poderosos”. “Renegar de los ideales nobles y generosos para servir al dinero o el poder es una gran apostasía”, ha recordado. “No pasa solo con los políticos, pasa con los dirigentes sociales, sindicales, con los artistas e intelectuales… y también con nosotros, los sacerdotes”.
Más impuestos a los ricos
Finalmente, el Papa ha llegado ha asegurar que escuchó “que algunos de los hombres más ricos del mundo reconocen esto: Dicen que el sistema que les permitió amasar fortunas extraordinarias -y permítanme agregar, ridículas- es inmoral y debe ser modificado. Que debe haber más impuestos a los billonarios”. Algo con lo que el Papa está de acuerdo. “Eso está muy bien. Rezo para que los económicamente poderosos salgan del aislamiento, rechacen la falsa seguridad del dinero y se abran para compartir los bienes que tienen un destino universal porque todos derivan de la Creación”.
“Es difícil que eso pase, pero para Dios todo es posible. Si ese porcentaje tan pequeño de billonarios que acapara la mayor parte de la riqueza del planeta se animara a compartirla… qué bueno sería para ellos mismos y qué justo sería para todos”, ha dicho. “Les pido de corazón a los privilegiados de este mundo que se animen a dar este paso. Van a ser mucho más felices”.
“Pero también dije hace tiempo: los pobres no pueden esperar”, ha concluido. “Si los movimientos populares, no reclaman, si ustedes no gritan, si ustedes no luchan, si ustedes no despiertan conciencias, las cosas van a ser más difíciles”.