Del 23 al 29 de septiembre, la Iglesia católica en los Estados Unidos celebrará la Semana Nacional de la Migración, que concluirá en el Día Mundial de los Migrantes y Refugiados, que tradicionalmente tiene verificativo el último domingo de septiembre de cada año.
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Durante esta semana, las diócesis, escuelas, organizaciones e instituciones de inspiración cristiana realizarán misas y festivales especiales, ofrecerán oportunidades de voluntariado, así como asesoría legal sobre inmigración.
El objetivo es crear conciencia de los desafíos que enfrentan los migrantes y refugiados, desde su país de origen hasta su destino, y cómo la enseñanza de la Iglesia llama a los católicos a responder con actos compasivos de amor.
En este contexto, el obispo de El Paso y presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), Mark Seitz, recordó que el papa Francisco pide “solidaridad con los migrantes”.
El papa Francisco -dijo Seitz- nos recuerda que los viajes de los migrantes reflejan el Éxodo bíblico, con Dios como su guía y compañero. “Él enfatiza que cada encuentro con los migrantes es un encuentro con Cristo, instándonos a responder con compasión, reconociendo sus luchas como un reflejo de nuestro viaje compartido hacia el Reino de los Cielos”.
Recursos y oración para la semana del migrante
La USCCB recomendó visitar el sitio web del Dicasterio Vaticano para la Promoción del Desarrollo Humano Integral para obtener más información sobre el Día Mundial de los Migrantes y los Refugiados, así como el sitio web Justicia para los Inmigrantes, donde se puede encontrar información sobre la Semana Nacional de la Migración, incluyendo recursos de oración y notas de homilía para iluminar la intersección entre la enseñanza de la Iglesia y la migración.
En la web de Justicia para los Inmigrantes se explica que acompañar a los migrantes implica ayudarlos, apoyarlos, atenderlos y defenderlos desde el inicio de su experiencia migratoria hasta el final. Y es que -abunda- el acompañamiento promueve la comprensión mutua y brinda oportunidades de formación y liderazgo para las comunidades afectadas de manera directa y quienes los apoyan.
Enumera algunos ejemplos de acompañamiento que realiza la Iglesia en los Estados Unidos, como ayudar a los inmigrantes indocumentados con sus verificaciones regulares, ayudar a niños no acompañados y a sus padres a inscribirse en la escuela, brindar transporte a citas médicas o simplemente estar presentes para escuchar sus historias.