La ordenación episcopal ha tenido lugar este sábado, en una celebración presidida por el sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, Edgar Peña Parra
Han sido muchos los autobuses y coches que, desde primera hora de la mañana de este sábado, desde distintos rincones de Cataluña e, incluso, de Andorra, se han acercado a la Seu de Urgell para estar presentes en el acto de ordenación episcopal de Josep-Lluís Serrano como nuevo obispo coadjutor.
Una celebración que ha estado presidido por el sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, Edgar Peña Parra junto al arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Joan-Enric Vives, y el obispo de Tortosa, Sergi Gordo. También ha asistido Bernardito Auza, nuncio apostólico en España, junto a distintas autoridades.
En su homilía, Peña Parra ha elogiado a al nuevo prelado por “su entrega a la evangelización y el servicio a la Iglesia”, así como su “vocación única como maestro y profeta, con la misión de guiar al pueblo cristiano”.
Al finalizar la eucaristía, el que ahora es el obispo más joven de España –a sus 47 años– ha señalado que este día de su ordenación es “un día de acción de gracias” y ha agradecido a todos los congregados en la Seu su presencia, y a Dios, “fuente origen de todo bien, haberme querido su discípulo y su amigo, y hoy llamarme para ser obispo coadjutor junto a nuestro arzobispo Joan-Enric Vives”.
Asimismo, ha querido subrayar la cercanía de la segunda sesión del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en Roma el próximo mes de octubre, y que “recogerá las resoluciones finales de todas las Iglesias de todo el mundo, entre ellas la de Urgell”.
Por último, el nuevo obispo ha dedicado sus primeras palabras como pastor de la diócesis de Urgell a subrayar la importancia de recuperar el sentido de la familia, “muy importante en las comunidades africanas, y que aquí también debe serlo”. “Somos pueblo de Dios”, ha aseverado, “pero también familia cristiana, convocada a participar de la esencia de la vida de Dios”.