Un par de cartones de leche. Medio kilo de cebollas. Una barra de pan integral. “¿Necesita bolsa?”. “Sí, por favor”. Y en esa bolsa se lee ‘Covirán’. Supermercados de toda la vida. De los de la compra diaria. De los de un olvido. De los que saben a barrio y a pueblo. Unas siglas que esconde tras de sí una dosis de Doctrina Social de la Iglesia. Covirán es Cooperativa de la Virgen de las Angustias, la patrona de Granada.
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“Nuestro nombre refleja nuestro compromiso de buscar su amparo en nuestro trabajo diario y en nuestro aporte de valor a los espacios donde desarrollamos nuestras actividades cotidianas”, explica José Antonio Benito, presidente de una entidad que asegura que “ha cultivado un ambiente de solidaridad, equidad y responsabilidad social en todas nuestras operaciones”. Es más, Benito sostien que “hemos buscado encarnar los principios de justicia y fraternidad tan apreciados en la Iglesia”.
Referente nacional
Lo cierto es que Covirán nació en 1961, teniendo como ejes principios propios del humanismo cristiano como el trabajo en equipo, la responsabilidad, la igualdad de oportunidades, la ética y la transparencia. Hoy cuenta con más de 2.750 supermercados en la Península Ibérica, posicionándose como la segunda cadena en España por número de establecimientos y la tercera en Portugal, con un total de 2.294 socios. Además, opera en Gibraltar, Guinea Ecuatorial y Cabo Verde. Así, cuentan con más de 15.000 trabajadores, con un 92,3% de empleo indefinido.
Benito y su equipo confían en ser recibidos a lo largo de 2025 por el papa Francisco en audiencia privada para celebrar los 65 años de vida de Covirán. Para ello, cuentan con el aval del arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo.
“En este mundo capitalista en el que otros solo buscan el beneficio por el beneficio, esta cooperativa se alinea con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y se vertebra en proyectos con valores cristianos, especialmente en lo referente al apoyo a las comunidades más vulnerables y el trabajo ético dentro de sus sector”, aprecia el prelado. Además, subraya su apuesta “por salvar el comercio de barrio, ese comercio de cercanía que está al servicio de los vecinos y que dinamiza la vida de todos, generando empleo”.
Un mundo más justo
“Estamos convencidos de que el mensaje de esperanza y cooperación que representamos puede encontrar eco en el corazón del Santo Padre y contribuir a la construcción de un mundo más justo y compasivo”, relata el presidente de Covirán.
“Aunque buscamos maximizar la generación de valor y riqueza, lo hacemos con una distribución diferente, enfocada en reinvertir en la mejora de la sociedad, un modelo de negocio centrado en las personas”, remarca Benito. De hecho, explica que “los cooperativistas de Covirán son verdaderos defensores de la sostenibilidad en el medio rural”. De hecho, Covirán es una opción esencial de compra en 308 localidades con menos de 10.000 habitantes. A la par, subraya cómo la pandemia del coronavirus y el temporal Filomena pusieron a prueba su capacidad de abastecimiento y su eficacia. “No solo demostramos resiliencia, sino también crecimiento”, subraya sobre este modelo de empresa de economía social.
El compromiso social de Covirán hoy va más allá de sus socios y colaboradores a través de su fundación, creada en 2014 y que tiene como ejes la promoción del desarrollo y la mejora de la formación empresarial, profesional y de oficios en beneficio de la comunidad. Entre sus proyectos, se encuentra un programa de formación en manipulador de alimentos para personas en riesgo de exclusión bajo la coordinación de Cáritas.