Toni Elias, párroco maronita de Rmeich, un pueblo en la frontera entre Líbano e Israel, ha hablado con Famiglia Cristiana tras una noche marcada por intensos bombardeos en la región, describiendo la angustiosa situación que atraviesa su comunidad. “Nos preguntamos, ¿hasta cuándo? Pero, sobre todo, ¿por qué?”, ha expresado el sacerdote.
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El ataque de Israel causó más de 500 muertos y 1.600 heridos. Aunque Rmeich no fue directamente atacado, Elias describió cómo las balas y fragmentos de misiles alcanzaron la localidad: “No tenemos miedo de ser bombardeados directamente, porque Israel sabe que nuestro pueblo es completamente cristiano y no hay armas ni milicianos aquí, pero las balas que rebotan llegan hasta nosotros”.
Oración y diálogo
Asimismo, el sacerdote se ha hecho eco de las preguntas y preocupaciones de muchos civiles atrapados en medio del conflicto: “¿Qué harán los que han abandonado sus pueblos, los que están sin trabajo o sin hogar? ¿Cuánto tiempo puede soportarse esta situación?”. Reflexionó también sobre la inutilidad de la violencia: “Cada misil cuesta miles de millones de dólares. ¿No podrían realmente haberse usado para ayudar a la gente?”.
A pesar de la devastación, el sacerdote sigue creyendo en el poder de la oración y el diálogo. “San Pablo decía que la cruz es una locura para los que no creen, pero para nosotros es la fuerza de Dios”, dijo. Asimismo, pidió a los cristianos del mundo orar y apoyar a quienes están sufriendo, ya que la ayuda es cada vez más escasa, y solicitó a Cáritas y a la Cruz Roja que distribuyan colchones para los desplazados que se refugian en escuelas y parroquias.