“Hoy asistimos a un extraño fenómeno relacionado con el diablo…”. Con esta enigmática declaración ha comenzado hoy el papa Francisco su reflexión durante la audiencia general de los miércoles celebrada en la plaza de San Pedro ante miles de fieles.
Y ha continuado: “A cierto nivel cultural, se cree que sencillamente no existe. Sería un símbolo del inconsciente colectivo, o de la alienación, en definitiva, una metáfora. Sin embargo, nuestro mundo tecnológico y secularizado está repleto de magos, ocultismo, espiritismo, astrólogos, vendedores de amuletos y hechizos y, por desgracia, de verdaderas sectas satánicas. Expulsado de la puerta, el diablo ha vuelto a entrar, podría decirse, por la ventana. Expulsado de la fe, vuelve a entrar con la superstición”.
“La prueba más fuerte de la existencia de Satanás no se encuentra en los pecadores ni en los obsesos, ¡sino en los santos! Es cierto que el diablo está presente y activo en ciertas formas extremas e ‘inhumanas’ de mal y maldad que vemos a nuestro alrededor. Por esta vía, sin embargo, es prácticamente imposible llegar, en casos particulares, a la certeza de que se trata efectivamente de él, ya que no podemos saber con precisión dónde termina su acción y donde comienza nuestra propia maldad”, ha aseverado, para luego recalcar que “por eso la Iglesia es muy prudente y estricta en el ejercicio del exorcismo, ¡a diferencia de lo que ocurre, por desgracia, en ciertas películas!”.
Para el Pontífice, “es en la vida de los santos donde el demonio se ve obligado a salir a la luz, a ponerse ‘contra la luz’. Unos más, otros menos, todos los santos y grandes creyentes dan testimonio de su lucha contra esta oscura realidad, y no se puede suponer honestamente que todos ellos fueran unos ilusos o meras víctimas de los prejuicios de su época”.
Por ejemplo, “la tecnología moderna, además de muchos recursos positivos que hay que apreciar, también ofrece innumerables medios para ‘dar oportunidad al diablo’, y muchos caen en su trampa. Pensemos en la pornografía en Internet, detrás de la cual hay un mercado muy floreciente: se trata de un fenómeno fuertemente extendido del que los cristianos deben, de todas formas, precaverse y rechazar enérgicamente”, ha señalado Jorge Mario Bergoglio.
Y ha insistido: “La concienciación de la acción del diablo en la historia no debe desanimarnos. El pensamiento final debe ser, también aquí, de confianza y seguridad. Cristo ha vencido al diablo y nos ha dado el Espíritu Santo para hacer nuestra su victoria. La misma acción del enemigo puede volverse a nuestro favor, si con la ayuda de Dios la ponemos al servicio de nuestra purificación”.
Al término de la audiencia, el Papa se ha referido a los ataques israelíes en Líbano: “Me entristecen las noticias que llegan del Líbano, donde en los últimos días intensos bombardeos han causado numerosas víctimas y destrucción. Expreso mi cercanía al pueblo libanés que ya ha sufrido demasiado en el pasado reciente. Que la comunidad internacional haga todos los esfuerzos posibles para detener esta terrible escalada”. “¡Es inaceptable!”, ha añadido.
Por otro lado, ha vuelto a rezar “por todos los pueblos que sufren la guerra: la martirizada Ucrania, Myanmar, Palestina, Israel, Sudán, todos los pueblos atormentados”. “Oramos por la paz”, ha recalcado.