Comienza la visita del papa Francisco a Luxemburgo y Bélgica y el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, espera que sirva para recordarle a Europa que tiene “una gran necesidad de redescubrir sus raíces”. El Viejo Continente, señaló el purpurado en una entrevista a los medios vaticanos, “se ha perdido un poco la memoria de los inmensos desastres del pasado y, por tanto, aumenta el riesgo de recaer en los trágicos errores del pasado”.
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Valores fundacionales
“Se trata de dos países fundadores de la Unión Europea y sede de sus instituciones, en los que el catolicismo, aunque formalmente sigue siendo mayoritario, a menudo parece haber dejado de considerarse un horizonte de vida y estar casi relegado a los márgenes de la sociedad”, destaca Parolin. “Espero que la visita del Santo Padre sea una valiosa ocasión para que Europa redescubra sus valores fundacionales”, reclama. Francisco, destaca, “quiere que Europa redescubra las razones de su construcción, para que sepa afrontar con clarividencia y solidaridad todos los problemas, incluidos los económicos o migratorios, redescubriendo el valor de abrirse al futuro y vencer el «invierno demográfico”.
Para el cardenal, “los populismos, las polarizaciones, los miedos, son a menudo el resultado de un cansancio del espíritu y del pensamiento y de la consiguiente pretensión de que son posibles simplificaciones casi mágicas, capaces de resolver problemas complicados o incluso que hacen época con decisiones sencillas y de rápida eficacia”. “La Iglesia ‘experta en humanidad’ y, por tanto, el Santo Padre, tienen un lenguaje de responsabilidad, de moderación, de advertencia de los riesgos que se pueden correr si se toman caminos peligrosos, con condena de los errores más peligrosos. Por eso ese lenguaje no se presta a fáciles simplificaciones y no siempre presenta soluciones inmediatas”, señala el Secretario.
Por ello, pastoralmente propone que “debe planificarse una acción que sepa escuchar atentamente a las familias para identificar sus verdaderas necesidades y prestarles ayuda, incidiendo en la concreción de sus vidas, a fin de eliminar los diversos obstáculos que se oponen a la acogida generosa de la vida naciente. Permítanme decir, sin embargo, que la mejor pastoral sería la que consigue inculcar esperanza en el corazón y en la mente de las personas”. Por ello, reivindicó que “la Santa Sede puede acompañar a los pueblos de Europa en esta delicada fase, exhortándolos a proseguir su camino con confianza y a no tener miedo de mantener un fuerte vínculo con los valores que han inspirado la vida y la sociedad europeas”.