El papa Francisco en Bélgica: “Necesitamos una cultura que ensanche las fronteras, que no sea sectaria”

El papa Francisco, en la Universidad Católica de Lovaina

“Gracias porque, al ensanchar sus fronteras, se han convertido en un espacio de acogida para muchos refugiados que se han visto obligados a huir de sus tierras, en medio de incontables peligros, enormes dificultades y sufrimientos a veces atroces”. Con estas palabras ha agradecido esta tarde el papa Francisco a la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) por su acogida a numerosos alumnos refugiados.



“Mientras algunos solicitan que las fronteras se refuercen -ha continuado-, ustedes, en cuanto comunidad universitaria, han ensanchado sus propios confines, han abierto los brazos para acoger a estas personas marcadas por el dolor, para ayudarles a estudiar y a crecer”.

Para el Pontífice, es esto precisamente “lo que necesitamos, una cultura que ‘ensanche las fronteras’, que no sea ‘sectaria’ ni se ponga por encima de los demás, sino que, por el contrario, se meta en la masa del mundo, aportándole la levadura buena, que contribuye al bien de la humanidad”.

En este sentido, les ha pedido que “sean inquietos buscadores de la verdad y no apaguen nunca la pasión para no ceder a la acidia del pensamiento. Sean protagonistas en la generación de una cultura de la inclusión, de la compasión, de la atención a los más débiles y a los grandes desafíos del mundo en que vivimos”.

El papa Francisco, en la Universidad Católica de Lovaina

El papa Francisco, en la Universidad Católica de Lovaina

En su discurso ante los profesores del centro universitario, Jorge Mario Bergoglio les ha recordado que “la primera tarea de la universidad es ofrecer una formación integral para que las personas adquieran los instrumentos necesarios para interpretar el presente y proyectar el futuro”.

Así, Francisco les ha invitado a “ensanchar las fronteras del conocimiento”. “No se trata de aumentar las nociones o las teorías, sino de hacer de la formación académica y cultural un espacio vital, que abraza la vida y la interpela”, ha remarcado.

Entre el cansancio del espíritu y el racionalismo sin alma

Según el Papa, “nos encontramos ante una situación ambivalente”. Por una parte, “estamos sumergidos en una cultura marcada por la renuncia a la búsqueda de la verdad”. Por otra parte, “cuando se habla de la verdad en los contextos universitarios y también en otros ámbitos, se cae muchas veces en una actitud racionalista”. “En ambos casos los límites resultan reducidos”, ha subrayado.

En cuanto al primer punto, “tenemos el ‘cansancio del espíritu’, que nos relega a una incertidumbre constante y a la ausencia de pasión, como si fuese inútil buscar un sentido en una realidad que permanece incomprensible. Y, por eso, nos atrae más una vida superficial que no plantea demasiados interrogantes; así como del mismo modo nos atrae más una fe fácil, ligera y cómoda, que nunca nos cuestiona nada”.

En cuanto al segundo punto, “tenemos el ‘racionalismo sin alma’, en el que hoy corremos el riesgo de caer nuevamente. Cuando se reduce al hombre a la mera materia, cuando se quiere forzar la realidad a los límites de lo que es visible; cuando la razón es únicamente aquella matemática y ‘de laboratorio’, entonces se esfuma esa maravilla interior que nos empuja a buscar más allá”.

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