La mañana de este sábado 28 de septiembre del papa Francisco en Bruselas ha contado con múltiples sorpresas más allá del escueto programa oficial. Así, el papa Francisco tras el encuentro con los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, seminaristas y agentes pastorales en la basílica de Koekelberg se dirigió a la cripta real, bajo la iglesia de Nuestra Señora de Laeken.
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Causa de beatificación
En concreto el pontífice, en este espacio en el que se concentran las tumbas de numerosos miembros de la Casa Real de Bélgica, fue recibido por los Reyes de Bélgica. El Papa, según informa el Vaticano, “se detuvo ante la tumba del rey Balduino en oración silenciosa”. Pero no se queda ahí la cosa, precisa la Oficina de Prensa de la Santa Sede, “después, ante el Rey y los presentes, alabó su valentía al optar por «abandonar su puesto de Rey para no firmar una ley asesina»“, en referencia a la ley del aborto de abril de 1990 que no llegó a sancionar aludiendo a una “incapacidad temporal” durante 36 horas.
La cosa no se ha quedado ahí, ya que desde el Vaticano añaden también que “por último, el Papa instó a los belgas a mirarle en estos momentos en que se elaboran leyes criminales”. A eso, añadió su deseo de “que su causa de beatificación siga adelante“. Una información que contrasta con las causas en curso de otros monarcas de la historia.