No podrá confesar ni predicar ni realizar exorcismos ni ejercer de director espiritual. Estas son algunas de las medidas pastorales temporales adoptadas por el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, contra uno de los exorcistas más populares de la capital española, que fue director espiritual del Seminario Conciliar, profesor de la Universidad Eclesiástica San Dámaso y promotor de un albergue para personas en situación de calle ya clausurado.
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Según ha podido confirmar ‘Vida Nueva’, detrás de esta decisión del purpurado se encontraría el testimonio verificado de varias víctimas que estarían siendo acompañadas en el proyecto Repara al haber denunciado abusos por parte del presbítero durante sus exorcismos.
Vacío legal
Al tratarse de adultos, no se habrían podido adoptar otro tipo de sanciones, precisamente ante el vacío legal existente en el actual Código de Derecho Canónico frente al amparo que sí poseen los menores ante esta lacra. Es más, el caso habría llegado hasta el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que, tras su análisis pormenorizado, habría respaldado la investigación previa realizada por el equipo de Cobo.
Sin embargo, desde Roma habrían expresado su negativa a abrir un proceso judicial como tal que pudiera abrir la puerta a una posible expulsión del sacerdocio, en tanto que en el Dicasterio no estarían en disposición de utilizar el argumento de “falso misticismo” que ya ha utilizado el Tribunal de la Rota de Madrid para condenar al franciscano Javier Garrido.
Limitar su actividad
Lo cierto es que las denuncias contra el sacerdote y exorcista ahora expedientado vendrían de lejos, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha contado con las herramientas para limitar su actividad pastoral.
Esta revista ha confirmado la existencia de “un precepto penal” que se habría comenzado a ejecutar el pasado mes de julio y sobre el que ya ha publicado información el propio Arzobispado de Madrid. De la misma manera, reiteran a ‘Vida Nueva’ su compromiso con las víctimas, agradeciendo “su valentía y confianza en compartir su dolor” y reiteran su compromiso para acompañarlas en un proceso de “justicia restaurativa”.