“Hay quien le ha definido como el único Papa democristiano de la historia y creo que es verdad”. Con esta sana provocación, el fundador de la Comunidad de Sant Egidio, Andrea Riccardi, definió esta tarde a Pablo VI. El fundador de la Comunidad de Sant’Egidio y presidente de la Sociedad Dante Alighieri se acercó a la figura de Montini en la conferencia de apertura de las XXI Jornadas de Teología de la Universidad Pontificia de Comillas que tienen como eje la encíclica ‘Ecclesiam suam’ cuando se cumplen 60 años de su publicación.
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Riccardi reivindicó a Pablo VI al que “se le acusó de modernista, de tener demasiada transigencia a la modernidad” por su apuesta por el diálogo con el mundo y su apuesta por una reforma desde la continuidad para la Iglesia.
No a la fascinación
“Pablo VI optó continuar el Concilio Vaticano II”, elogió el investigador, que apreció cómo el pontífice italiano se movió entre la tentación de la inmovilidad eclesial y el riesgo de “dejarse llevar por la fascinación” de las modas del momento. “La síntesis del pensamiento de Pablo VI es reformar, tiene la intención de guiar en este camino, no solo a una parte de la Iglesia, sino que quiere implicar a todos, apostó por una Iglesia en medio del mundo”, subrayó.
En este proceso, hizo hincapié en que el Papa se enfrentó al “problema de la unidad, de introducir a ala conservadora en su proyecto de reforma”. “Siempre comunica un pensamiento positivo, nunca catastrófico”, apreció sobre él.
A la par, planteó que Montini “era una máquina de trabajar, era el más listo de todos”. “Era portador de un pensamiento crítico desarrollado en un lugar privilegiado: la Secretaría de Estado”, remarcó.
Otro de los rasgos principales que destacó de Pablo VI fue su apuesta del diálogo. “El diálogo no está en la agenda actual, ni siquiera en la de muchos cristianos”, comentó. A la vez, apuntó que el papa Francisco ha tomado el testigo de Pablo VI, al que presentó como un hombre convencido de que “un mundo que no dialoga, se asfixia”.