Antonio Allende: La Iglesia debe dialogar con el mundo “sin confrontar ni polarizar”

El rector de la Universidad Pontificia Comillas, Antonio Allende, defendió esta tarde que la Iglesia debe reflexionar sobre “su identidad, enraizada en Cristo”, sobre “la mejor manera de superar el pecado que amenaza corromperla” y planteándose cómo dialogar con el mundo de hoy “llevando un mensaje de luz y de esperanza”.

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Allende fue el encargado de abrir las XXI Jornadas de Teología organizadas por la Facultad de Teología de centro jesuita de formación, que invita a reflexionar sobre la encíclica ‘Ecclesiam suam’, cuando se cumplen 60 años de que la firmara Pablo VI.

Unidos al Sínodo

El rector compartió que este foro de formación y reflexión que se celebra en Madrid entre hoy y mañana busca ser “un modo de unirnos intelectual y espiritualmente” a la segunda vuelta del Sínodo de la Sinodalidad que arranca mañana en Roma. En este sentido, elogió al papa Francisco por su capacidad por emprender “una llamada positiva a reactivar la evangelización”.

“El mundo de hoy no es exactamente el mismo que hace sesenta años”, comentó el rector. Sin embargo, sí apuntó que la responsabilidad de “Iglesia actual no es formalmente distinta a la que afrontó Pablo VI”. En este sentido, puso en valor a Montini y su empeño en iniciar un “nuevo aggiornamento” en la Iglesia sin que eso signifique asumir “acríticamente a los valores mundanos”, una propuesta de diálogo con el mundo, que Allende defendió que ha de hacerse “sin confrontar ni polarizar”.

En este acto de apertura, también intervino el decano de la Facultad de Teología, Francisco Ramírez Fueyo. El investigador recordó que estamos “en tiempos de una reforma eclesial” y valoró el “interés del actual pontífice en esta reforma”. “Esta reforma toca y tocará a la enseñanza de la teología y a los centros donde esta se enseña”, planteó, subrayando además cómo el centro de los jesuitas es el más antiguo de toda España. A partir de ahí, reivindicó una “teología en salida para una Iglesia en salida”, una teología sinodal que sea capaz de “traducir las verdades de fe a nuevos lenguajes” y que sea capaces de hablar con otras disciplinas.