Cinco días después de que el papa Francisco ratificara la expulsión de diez miembros de la que fuera la cúpula del Sodalicio de Vida Cristiana, el actual superior de la entidad, José David Correa González, ha emitido un comunicado en el que expone que “acepta esta decisión con espíritu de humildad y obediencia a lo dispuesto por el Santo Padre”.
Se trata de la reacción oficial de este movimiento fundado por el peruano Luis Fernando Figari, que ya fue expulsado por Roma el pasado mes de agosto. “Renovamos nuestra adhesión al Vicario de Cristo, así como nuestro profundo amor a la Iglesia, y seguiremos colaborando con las diversas instancias de orientación y acompañamiento que la Santa Sede nos señale”, expone Correa González ante la sanción impuesta ahora al que fuera su superior general, a dos ex provinciales, tres ex formadores, dos ex miembros, un arzobispo y un comunicador vinculado a esta realidad eclesial.
Esta reacción oficial contrasta con la disconformidad manifiesta por alguno de los ‘soladités’ sancionados tanto en público a través de redes sociales como en círculos privados.
Lo cierto es que los decretos emitidos el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, por delegación del Papa, dan por probados un extenso listado de abusos, desde el sadismo a una errada gestión económica, pasando por un mal ejercicio del apostolado del periodismo.
En el comunicado, el llamado Sodalitium Christianae Vitae no entra en profundidad en analizar la sentencia vaticana a sus diez miembros, sino que se limita a asegurar que “continuaremos comprometidos con la escucha y atención a las víctimas, y con los procesos de reparación a través de la justicia y la verdad”.
“Nos encomendamos a sus oraciones, para seguir el proceso de renovación de nuestra comunidad, confiados en el Señor quien nos ha sostenido a lo largo de estos años y nos seguirá acompañando bajo los cuidados de Santa María nuestra Madre”, remata la nota firmada por Correa González.