El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, César García Magán, respaldó esta mañana al papa Francisco, que en el vuelo de regreso de Bélgica y Luxemburgo, aseguró que el aborto es “un homicidio” y los médicos que lo practican pueden considerarse “unos sicarios”.
“Es una forma suya fuerte de expresar la que es la Doctrina de la Iglesia”, remarcó el portavoz de los obispos en el marco de la rueda de prensa con motivo de la Comisión Permanente celebrada la semana pasada. El también obispo auxiliar de Toledo recordó que “la defensa desde que empieza la vida humana, que determina la ciencia, y merece la misma protección que merecemos usted y yo hasta el ocaso último, hasta el aliento último”. En esta misma línea, explicó que “la defensa de la vida huma es un pack y no podemos trocearlo: en su momento inicial, un momento final, pero también el momento intermedio, esto es, tener acceso, por ejemplo, a una sanidad digna”.
Ante el anuncio hecho por la ministra de Sanidad, Mónica García, de crear un registro de los médicos que no están dispuestos a practicas abortos, García Magán detalló que “la objeción de conciencia es un derecho fundamental de toda persona y los registros pueden ser ambivalentes”. “Si es para tutelar ese derecho fundamental a la objeción de conciencia”, el obispo lo respalda. Sin embargo, explicitó que, “si sirve para estar fichado y controlado a esos médicos y enfermeras, es muy grave”.
Ante el hecho de que en el último año se hayan contabilizado cerca de cien mil abortos, defendió la necesidad de “fomentar la natalidad”. “España es uno de los países que menos ayuda a la natalidad de Europa, sea con este gobierno o con los anteriores”, reflexionó en voz alta García Magán. “Es una desgracia sociológica”.
Preguntado por una posible excomunión a los políticos que defiendan el aborto, se remitió al Código de Derecho Canónico para subrayar que sí se contempla para el personal sanitario. Sin embargo, aclaró que en el caso de los políticos, sí se considera un pecado, “pero no se considera un delito”.
En la rueda de prensa también se abordó la decisión del Gobierno de eliminar el delito de ofensas a los sentimientos religiosos. García Magán denunció que se protejan determinados derechos de “los sentimientos de las personas” mientras que otros “queden reducidos a la nada”. Con este punto de partida, alertó de que, lo mismo católicos que budistas, se podrán ver afectados “por un proceso de indefensión”.