Como fue acordado en 1971 por la Conferencia Episcopal de Chile, desde entonces el último domingo de septiembre se celebra el Día de Oración por Chile y la fiesta de la Virgen del Carmen con su título de Madre y Reina de Chile. En varias ciudades del país se realizaron procesiones que este año han tenido un notorio aumento de participantes.
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En esta ocasión, la Virgen del Carmen es acompañada por representantes del Ejército que la tienen como su ‘generala’.
El Día de Oración por Chile llama a rezar por el país, por sus autoridades y por las principales preocupaciones nacionales, sobre todo en las Misas. Además, se ofrecen algunos ritos y oraciones especiales. La procesión, generalmente realizada en la tarde del domingo, es una actividad especialmente destacada.
Orar por la patria
En Concepción, durante su recorrido, la procesión se detuvo en cinco estaciones, donde se pidió por adultos mayores, niños y jóvenes, enfermos, las familias y la Arquidiócesis. La procesión concluyó en la Catedral donde integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden rindieron honores a la Virgen del Carmen.
El arzobispo, Sergio Pérez de Arce, presidió la Eucaristía en la que inició su homilía destacando esta celebración: “Este último domingo de septiembre siempre nos regala la oportunidad de orar por la patria, encomendando nuestro querido país especialmente a la Virgen del Carmen, Reina y Patrona de Chile”.
Más adelante dijo que “nos cuesta reconocer el bien en el otro. Estamos divididos en categorías. Por eso les invito, a la luz del Evangelio, a dar gracias por tantas personas que hacen el bien, que ayudan a construir una sociedad mejor con su trabajo, con su servicio, con su profesión” y mencionó a madres y padres, profesores, personal de salud, voluntarios, Fuerzas Armadas y de Orden, sacerdotes, religiosas, diáconos, consagrados y hermanos de otras iglesias.
El arzobispo también advirtió sobre la corrupción, la desigualdad y la violencia, que aquejan al país, afirmando que “son motivo de escándalo, piedras de tropiezo para hacer un país más fraterno, más justo, un país de hermanos”. Llamó a no ser parte de estos actos y trabajar activamente por su erradicación, destacando que “el único camino para superar el escándalo es trabajar para desterrarlos como nos pide el Señor. Todos tenemos que trabajar en el ambiente en donde estemos y no sumarnos a lo que nos hace mal”.
Pérez de Arce subrayó la importancia de valorar a quienes hacen el bien y de transmitir la pasión por la rectitud y la justicia. “Encomendemos a la Virgen del Carmen nuestros caminos, poniéndonos bajo su amparo para que despierte lo mejor de nosotros y nos proteja con su amor fraternal”, concluyó.
En Rancagua hubo procesiones en las parroquias, bajo el lema ‘Carmelita, Madre de Chile, llévanos a Cristo’. En muchas de ellas los participantes portaban globos, banderas y otros adornos festivos.
Apostar por el Evangelio
En la diócesis de Chillán la procesión se inició en la Catedral y concluyó en el Parque Monumental, en Chillán Viejo, la vecina ciudad original previa al terremoto de 1939 que la destruyó casi totalmente con decenas de miles de muertos. Todo el recorrido la imagen de la Virgen fue acompañada por la banda del Regimiento de Chillán.
En el lugar, se celebró la Misa presidida por el administrador diocesano, Patricio Fuentes Benavides, quien, en su homilía, llamó a “caminar juntos, haciendo camino, dando al mismo tiempo un testimonio de corresponsabilidad en la iglesia, en la comunidad, en la parroquia, en el movimiento. Pero también para nuestro país, para que sea una nación justa, fraterna, como todos deseamos. Esa es responsabilidad primera de nuestras autoridades, pero no es solamente responsabilidad de ellos. Es responsabilidad de todos, todos tenemos que empeñarnos, sobre todo en las situaciones que vivimos hoy como la violencia, la corrupción a través de la cual las personas usan el bien que pertenece a todos para enriquecerse”, dijo Fuentes.
“Les llamo a volver a apostar por el Evangelio. Sintámonos todos corresponsables de esta Patria con el deseo de servir a Jesús y a nuestra nación”, finalizó el administrador diocesano.
‘Hagan lo que El les diga’
En Santiago la tradicional procesión concluyó en la Catedral donde la multitud de participantes celebró la Misa presidida por el arzobispo Fernando Chomalí.
En su homilía, el arzobispo comparó la situación del país con las bodas de Caná: “Hoy en Chile pasa lo mismo que en la boda sin vino. El mundo parece estar lleno de violencia, corrupción, miedo, indiferencia y pobreza. Es una boda sin alegría, sin prosperidad. Pero como María, no podemos resignarnos, mirar desde el balcón o quedarnos en la teoría. Debemos acudir a Jesús y hacer lo que Él nos dice. Solo Él puede transformar nuestra realidad, llenar las tinajas de desesperanza y convertirlas en esperanza, paz y fraternidad”.
Luego afirmó que “todo proyecto que excluye a Dios está destinado al fracaso. La solución no está en más teorías o en abandonar el barco, sino en seguir el ejemplo de María. Llenemos nuestras vidas y nuestras sociedades con lo que tenemos, aunque sean tristezas, violencias o egoísmos, y confiemos en que solo Cristo puede transformarlas en paz, diálogo y solidaridad. Hoy más que nunca, necesitamos hacer lo que Él nos diga”, afirmó Chomalí.