El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, defendió hoy que “nunca la universidad puede ser refugio de tal o cual corriente, sino espacio de búsqueda común siempre en camino”. Así se expresó en la eucaristía de apertura de curso de la Universidad Eclesiástica San Dámaso que presidió esta tarde en la catedral de Nuestra Señora de la Almudena, acompañado de más de una decena de obispos, entre ellos el fundador del centro formativo y cardenal emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
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“La universidad debe ser portadora de búsquedas, debe ser conciencia crítica, debe iluminar con su reflexión a quienes se enfrentan a la problemática de la sociedad moderna”, reivindicó el purpurado en su homilía. “Pedimos al Señor -añadió- ser capaces de superar la otra tentación de nuestra época la renuncia a hacer preguntas especialmente cuando son incómodas o dar una respuesta simplona o maniquea”.
Las verdades de fe
Con estas premisas, Cobo imploró la ayuda de Dios “para que nos enseñe presentar las verdades de la fe de una manera seductora y comprensible para nuestros vecinos en una cultura cambiante y relativista donde Dios ya no es el centro y nosotros vivimos siendo periféricos y colocamos a la intemperie tal y como nos colocaba Jesús al principio”.
En esta misma línea, instó a profesores y alumnos a vivir con “sabiduría” y “pasión por la verdad” para salir al encuentro de “la cantidad de gente que hay en otro lado que anda desnortada la cantidad de gente que anda deprimida, con ideas suicidas, con vidas desdichadas ese es un desafío para nuestra Iglesia”. Y es que el purpurado está convencido de que, “si no comenzamos por el amor, perdemos el norte y todo lo demás se caerá porque es efímero”.
Indicaciones del Espíritu
A la par, hizo un llamamiento a estar abiertos a las sorpresas de Jesús frente a la tentación de tener “todo colocado en las agendas tanto académicas como pastorales”. “Solo la atención a las indicaciones que nos da el Espíritu Santo, nos puede sacar de nuestras vacilaciones de nuestras perplejidades y nuestros despistes para ahora al principio saber dónde todos tenemos que colocarnos”, comentó el arzobispo de Madrid.
Echando mano de las palabras que el papa Francisco dirigió hace unos días en la Universidad Católica de Lovaina, instó a la comunidad educativa de San Dámaso a “ensanchar las fronteras del conocimiento acentuando que no se trata de aumentar nociones o teorías, sino hacer de la formación académica un espacio vital que abrace la vida y las intemperies de nuestro mundo”.