Una campaña de emergencia de Ayuda a la Iglesia Necesitada busca apoyar proyectos en el sur del país tras intensificarse la violencia
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) responde al incremento de la violencia en Medio Oriente con la campaña extraordinaria “SOS Líbano”. Una iniciativa que busca apoyar a las comunidades cristianas afectadas por la escalada bélica en el país. En todo el país la entidad mantiene 200 proyectos orientados a la ayuda de emergencia, especialmente aquellos de diócesis y congregaciones religiosas del sur del Líbano.
En concreto, desde la fundación, se ha renovado el apoyo para comida y productos de higiene de 1.500 familias cristianas de la diócesis de Tiro y otras 983 familias de la diócesis de Sidón. En Beirut, la capital, Ayuda a la Iglesia Necesitada está apoyando de manera urgente a 700 familias cristianas con un monto de 294.000 €. El obispo de Sidón, Maroun Ammar, aseguró que “muchas personas han abandonado sus hogares en el sur del Líbano y se han refugiado en nuestra diócesis. Tendremos que ayudar a los desplazados y distribuirles paquetes de alimentos”.
Por su parte, la religiosa de los Sagrados Corazones de Jesús y María, Maya El Beaino, que ha decidido quedarse en Ain Ebel, cerca de la frontera con Israel, denuncia que “la situación es horrible. Estamos en constante peligro. Aquí todavía hay 9.000 cristianos, distribuidos en tres pueblos. No hay un hospital cerca y solo tenemos tres horas de electricidad al día. No tenemos agua ni conexión a internet para pedir auxilio”. En esta comunidad, la fundación ha aportado ayuda médica en los últimos meses a 1.200 personas. “Aunque muchos abandonaron la región al principio de la guerra de Gaza, numerosas familias han regresado a sus casas porque la vida en Beirut es muy cara y porque no podían soportar la separación de los padres de familia, que se habían quedado solos en el sur”, relata la religiosa.
Además, la campaña ofrece un llamamiento urgente a la oración por los habitantes del sur del Líbano, por las víctimas de la guerra, por los refugiados y por el fin de la violencia. “Rogamos al Dios de todo consuelo que escuche nuestras oraciones”, señaló Regina Lynch, presidenta ejecutiva internacional de la fundación, “y que permita que su amor y compasión toquen los corazones de los implicados en los combates para inspirarlos a buscar soluciones pacíficas, para que la justicia y la reconciliación puedan reinar en toda Tierra Santa y fuera de ella”.