La decisión del obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, de poner en manos de la Santa Sede el conflicto abierto con la Prelatura del Opus Dei por la gestión del santuario de Torreciudad ha generado una “campaña difamatoria” contra él.
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Ataques anónimos
Así lo ha querido denunciar en público la Comisión Permanente de su Consejo Diocesano de Pastoral de Barbastro-Monzón a través de un comunicado en el que condenan los ataques recibidos “bajo pseudónimo o, directamente, de forma anónima”. Por ello, la diócesis aragonesa ha mostrado su rechazo a quienes “vierten acusaciones, insultos y burlas hacia el pastor de la Diócesis de Barbastro-Monzón e, incluso, hacia trabajadores de la Curia”. En paralelo, la Prelatura del Opus Dei se ha desmarcado de cualquier comentario que vaya en esta línea.
Fue a mediados de septiembre cuando el obispo solicitó a la Secretaría de Estado y al Dicasterio para el Clero, con toda la documentación correspondiente, que interviniera y que tuviera la última palabra para redefinir el estatus del enclave epicentro de peregrinaciones vinculadas a la realidad eclesial fundada por san Josemaría Escrivá de Balaguer. A esta situación se llega de más de una veintena de reuniones y de una guerra abierta que trascendió públicamente el pasado verano cuando Pérez Pueyo nombró a un sacerdote diocesano como rector y no a un presbítero del Opus Dei.