Luego de ser exiliado de Nicaragua por el régimen de Daniel Ortega, al obispo Rolando Álvarez Lagos sólo se le ha visto en tres ocasiones: tras su llegada al Vaticano, pues la Santa Sede negoció con el régimen sandinista su salida; meses después en España, y estos días, participando en la misa inaugural y en las mesas de trabajo de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo.
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El pasado 17 de septiembre, la Santa Sede dio a conocer la lista de participantes en la segunda etapa de la asamblea del Sínodo de los obispos, que se realiza en Roma del 2 al 27 de octubre de este año, y en la cual aparecía el nombre del obispo de Matagalpa, uno de los más duros críticos de la dictadura de Ortega en Nicaragua.
Rolando Álvarez Lagos cuestionó fuertemente la represión social encabezada por el gobierno sandinista tras las protestas contra una reforma al sistema de seguridad en 2018, lo que, cuatro años después (agosto de 2022), le valió ser arrestado en la curia del obispado, y encarcelado en febrero de 2023 tras negarse a abandonar el país.
En enero de 2024, tras varios intentos, finalmente fue desterrado gracias a las gestiones de la Santa Sede para evitar que continuara en una cárcel considerada de tortura.
Su participación en el Sínodo
Si bien se desconoce si durante el Sínodo el obispo Álvarez Lagos tendrá alguna participación especial, ha sido visto en la misa inaugural y en las mesas de trabajo, tras ser elegido directamente por el papa Francisco.
Su designación ha sido considerada por los medios de comunicación como un fuerte respaldo del Pontífice a la Iglesia nicaragüense, de donde han sido expulsados unos 150 sacerdotes, aproximadamente el 25% del total que realizan su ministerio en esa nación centroamericana.
Foto: obispo de Limón (Costa Rica), Javier Román Arias.