“Deseo expresar nuestra más profunda preocupación por el torbellino de violencia que ha envuelto a Tierra Santa, Líbano y otras partes de la región en los últimos meses”, ha dicho el presidente de la COMECE
En el trágico aniversario de los ataques terroristas del 7 de octubre contra el pueblo israelí, y ante la crisis humanitaria excepcionalmente grave que se vive en la región, junto con la peligrosa dinámica política en Oriente Medio que involucra a un número cada vez mayor de actores, la COMECE ha emitido una declaración de su presidente, Mariano Crociata, en la cual reclama un alto el fuego en la región.
“En nombre de los obispos de la COMECE, deseo expresar nuestra más profunda preocupación por el torbellino de violencia que ha envuelto a Tierra Santa, Líbano y otras partes de Oriente Medio en los últimos meses”, comienza el obispo. “Cada día se corre el riesgo de una mayor escalada, intensificación y expansión del conflicto en toda la región, amenazando la dignidad, la vida y los medios de subsistencia de cientos de miles de personas”.
Así, señala que, “al acercarnos al trágico aniversario de los ataques terroristas del 7 de octubre contra el pueblo israelí, no podemos dejar de reiterar nuestro profundo pesar por las devastadoras oleadas de violencia que han asolado la Tierra Santa y la región del Oriente Medio en los últimos doce meses, que no sólo han provocado una crisis humanitaria excepcionalmente grave y un sufrimiento humano inconcebible en todas las comunidades, sino que también han generado una dinámica política regional peligrosa en la que participan un número cada vez mayor de actores”.
“Esta situación nos preocupa profundamente”, reconoce Crociata, “también por sus repercusiones en Europa y en el mundo”. Consecuencias, dice, como “el resurgimiento del antisemitismo, la radicalización y la xenofobia no sólo amenaza la cohesión social, sino que también conduce a actos deplorables de extremismo violento y terrorismo”.
“Haciendo eco de los reiterados llamamientos a la paz del Papa Francisco, instamos a todas las partes en conflicto, así como a todas las personas y grupos que incitan a la violencia, a que se abstengan de cualquier acción que pueda conducir a una mayor escalada y polarización”, subraya.
“Pedimos un alto el fuego inmediato en todos los frentes y el respeto del derecho internacional y humanitario”, continúa el obispo, haciendo, a su vez, un llamamiento a “la necesaria protección de los civiles, los hospitales, las escuelas y los lugares de culto, así como a la liberación de todos los rehenes y al acceso seguro y sin trabas de la ayuda humanitaria”.
Asimismo, apunta que la Unión Europea, junto con otros actores regionales e internacionales, “está llamada a proseguir con determinación el diálogo con todas las partes en conflicto con vistas a una paz justa y duradera”, lo cual “debería incluir esfuerzos diplomáticos renovados en pos de una solución de dos Estados, uno israelí y otro palestino, así como un estatuto especial garantizado internacionalmente para la ciudad de Jerusalén, de modo que todos los israelíes y palestinos puedan finalmente vivir con dignidad, seguridad y paz”.
Por último, Crociata concluye la declaración invitando “a todas las personas de buena voluntad a sumarse al llamamiento del papa Francisco para celebrar una jornada de oración y ayuno por la paz en el mundo el lunes 7 de octubre de 2024″.