Vida Nueva conversó con sor Oneyda, integrante de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, fundada por ‘Madre Leonia’, quien será canonizada el próximo 20 de octubre
El próximo 20 de octubre se llevará a cabo la canonización de 14 beatos, entre ellos la canadiense Marie-Léonie Paradis, fundadora de la congregación de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia.
A fin de conocer más sobre la futura santa, quien descubrió “la grandeza” en los sacerdotes, así como “la fragilidad que había en cada uno de ellos”, Vida Nueva conversó con sor Oneyda Sánchez Sánchez, ‘juniora’ de su congregación y colaboradora en la formación del aspirantado.
Sor Oneyda vive en Honduras, uno de los tres países en los que la congregación tiene presencia -los otros son Canadá y Guatemala-, con 161 religiosas, 11 aspirantes en formación, seis postulantes y dos novicias.
Sor Oneyda enfatiza el amor de ‘Madre Leonia’ por el sacerdocio. “Ella decía: ‘arroparlos con el manto de la caridad, porque el sacerdote, cualquiera que sea, es otro Cristo”.
Y es que, algunas veces -apunta- “vemos en la sociedad actual que Cristo está sufriendo mucho en cada sacerdote. ‘Madre Leonia’ lo percibió en 1880 cuando funda la congregación; es una realidad que no cambia, el sacerdote necesita tanto del apoyo, a veces se puede pensar ‘es un elegido del Señor’, pero el sacerdote no deja de ser humano, lo vemos en tantas cosas que suceden en el mundo, y escándalos, creo que es ver a Cristo en una faceta sufriente y necesitado, en la persona del sacerdote“.
Señala que si bien el sacerdote tal vez no sufre como “vemos a un pobre o a una persona que necesita cuidados especiales, pero sí vemos al sacerdote como una persona normal, a veces muy debilitado, y olvidamos esa necesidad que tiene él de orar”.
Sor Oneyda pide a los católicos, “con el espíritu de ‘Madre Leonia’, rezar diariamente o elevar una pequeña oración, un pequeño sacrificio por la necesidad del sacerdote, por su santificación, porque entre más santo sea, más almas atrae para Cristo”.
Al explicar el milagro por el cual será canonizada Marie Léonie Paradis, refiere que fue “la curación de una asfixia perinatal prolongada con fallos multiorgánicos y encefalopatías de una recién nacida, que ahora tendrá unos 40 años. Eso sucedió dos años después de la beatificación de ‘Madre Leonia'”.
Abundó que las principales virtudes que llevarán a los altares a ‘Madre Leonia’ son la fe, la esperanza y la caridad vividas de forma heroica; “se manifestaban en acciones concretas, era llamada una santa de la humildad y también una madre de caridad”.
“Exiliados de otros lugares y congregaciones religiosas iban con ella; ‘Madre Leonia’ amaba mucho, amaba a la gente pobre; es una mujer que amó tanto a las hermanas, a todos los que encontraba, a las jóvenes que eran rechazadas en otras congregaciones, por no tener las dotes, ‘Madre Leonia’ las acogía en la congregación”.
“Nuestra fundadora decía: ‘estas almas también necesitan, y el Señor sabrá cómo utilizarlas para salvar almas’; era una mujer que no veía su propio interés, sino que abría su corazón a la necesidad de la otra persona y sabía descubrir a ese Jesús presente en cada persona, y no desaprovechar esa oportunidad para abrazarlo en acciones de caridad, en acciones de amor”, continuó.
En cuanto a las virtudes de la futura santa, sor Oneyda refirió que en el libro ‘Una madre toda corazón’ se puede ahondar en cuanto a la biografía de ‘Madre Leonia’ y sus acciones concretas.
No obstante, ejemplificó su gran fe, pues “sabía abandonarse en las manos de Dios, decía ‘Madre Leonia’: ‘yo no puedo considerar a Dios como un juez, yo creo que es un verdadero padre'”.
“Conoció realmente quién era Dios, era una mujer muy caritativa; hay una de las historias que se cuenta que en su tiempo la gente era exiliada de Francia, entonces muchas familias se iban a Canadá y ‘Madre Leonia’ las acogía, todo mundo ya sabía que era la que les daba hospedaje, alimentación y hasta pasaje, mientras encontraban un lugar donde poder continuar su vida”, destacó.
En cuanto al carisma de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, mencionó: “encarnar a Jesús y manifestarlo como ese Cristo servidor; principalmente sirviendo a través del ministerio de los sacerdotes, consagrando nuestra vida al servicio de los sacerdotes, viendo en ellos a Cristo presente”.
“Queremos ser como la Santísima Virgen, mujer abnegada al cuidado de Jesús, así que queremos ser por los sacerdotes, sostener esa sacramentalidad, rezando y entregando nuestra vida en los trabajos domésticos que realizamos en las parroquias, seminarios, casas curiales, en obispados, para que ellos puedan dedicarse al servicio de las almas”, añadió.
En el caso particular de Honduras, en ese país tienen presencia desde 1962, fundación del Seminario Mayor de Nuestra Señora de Suyapa: “apoyamos a sacerdotes y familias en nuestro convento, a personas que necesitan algún tipo de ayuda: de alimentación, a esas almas necesitadas de nuestros hermanos, y oramos también por toda la Iglesia y por las personas en general que se confían a nuestras oraciones”, señaló.
Sor Oneyda compartió que la canonización de su fundadora es para ellas una alegría inmensa: “inició un año de gracia, y realizando muchas actividades que nos ayudan a cultivar más esa riqueza que el Señor nos dejó en nuestra madre fundadora; entre emociones, entre lágrimas y toda la fiesta, pues la algarabía que se ha vivido”.
Puntualizó las actividades mensuales que han realizado sobre la riqueza espiritual de su madre fundadora; “lo celebraremos el 15 de octubre; algunas de nuestras hermanas podrán asistir a la fiesta de la canonización en Roma -el 20 de octubre– y las que nos quedemos aquí, celebraremos una misa en acción de gracias”.
“Para el 12 de noviembre tendremos aquí en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa una misa de acción de gracias, que será abierta para todos los feligreses que quieran asistir a esta gran alegría y gracia que el Señor nos concede a todas como congregación y a toda la Iglesia”, dijo.