David Raga, conocido como Nano en redes sociales, se ha convertido en un referente para miles de jóvenes tras hacerse viral en TikTok con un vídeo donde compartía su historia de esfuerzo y superación. A sus 22 años, y habiendo sido testigo de malos tratos, trabaja en dos empleos para mantener a su familia. En su mensaje, este “influencer de la calle” anima a los jóvenes a aprovechar las oportunidades y alejarse de malos hábitos, valorando el esfuerzo y la familia. Ha contado el relato de su vida en el libro ‘La verdadera ‘calle” (Arcopress).
PREGUNTA.- ¿Por qué un chaval totalmente tatuado se hace viral al defender en una red social el valor de la familia y el esfuerzo?
RESPUESTA.- Faltaba que se hablara de este tema en las redes sociales, porque están dirigidas principalmente al entretenimiento, a no escuchar lo que se dice, a no hablar de nada con sustancia. Sorprendió el mensaje y, además, mi apariencia con tatuajes no parecía encajar con decir cosas con sentido. Eso chocó y caló.
P.- ¿Qué sociedad tenemos para que sea tan excepcional que un joven les diga a los de su generación que estudien, que no pierdan el tiempo y que respeten a sus padres?
R.- Somos la sociedad y la generación más débil y frágil de los últimos años, porque se han acostumbrado a que sus padres les den muchas facilidades, y ellos no las aprovechan. Los jóvenes se han relajado mucho y, cuando gente como yo dice estas cosas, sorprende. (…)
P.- ¿Cuántos trabajos tienes?
R.- Entre semana trabajo de peluquero y los fines de semana de camarero. En mi curro anterior me despidieron justo después de salir en la televisión.
P.- ¿Y las redes te dan beneficios?
R.- Casi todo lo que obtengo son solo visitas. De vez en cuando alguna marca me da algo, pero no es suficiente para vivir. Nada es seguro en TikTok. (…)
P.- ¿Ahora crees en Dios?
R.- Sí, me fui dando cuenta de que no todo es casualidad, que todo pasa por algo y que de ahí surge algo nuevo. Las cosas fueron encajando. Investigué un poco más, empecé a rezar… y vi que funcionaba. Que me funcionaba a mí, al menos. (…)