Los obispos Sérgio da Rocha, Felix Genn y Filippo Iannone forman la comisión a la que no llegó ninguna queja en la primera sesión
La segunda sesión del Sínodo de la sinodalidad está a las puertas de su inicio y en el Vaticano se van difundiendo nuevos detalles. Junto al calendario y los documentos de trabajo, un texto de referencia para el día a día es el reglamento para la 16ª asamblea general ordinaria.
Un texto que, entre otras cuestiones organizativas recoge la existencia de una Comisión de Controversias en su artículo 12 –el documento cuenta con un total de 32 artículos y un sencillo apéndice con información práctica como que en Sínodo se cuenta con un “sobrio servicio de bar”–.
El artículo señala que la Comisión de Controversias está “compuesta por tres miembros de nombramiento pontificio”, y esta “tiene la tarea de examinar las controversias presentadas por los participantes y de someterlas al Romano Pontífice”.
Además, se precisa que “la Comisión permanece en funciones durante las dos sesiones”, algo que se señalaba en el reglamento de la primera sesión. Ahora bien, no se refiera a temas en discusión de frontera como los del documento de trabajo sino más bien de carácter organizativo y formal.
Ahora, antes del inicio de los encuentros en el Vaticano se ha publicado que estos componentes son los padres sinodales: Sérgio da Rocha, arzobispo de São Salvador da Bahia (Brasil); Felix Genn, obispo de Münster (Alemania); y el arzobispo carmelita Filippo Iannone, prefecto del Dicasterio para los Textos Legislativos de origen napolitano.
La existencia de este organismo no es extraña, ya que aparece en los documentos de referencia en la elaboración del reglamento: la constitución apostólica ‘Episcopalis communio’ y la ICAS, la ‘Instrucción sobre la celebración de las asambleas sinodales y sobre la actividad de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos’, ambos de 2018.
En la primera fase ha pasado desapercibida ya que, como confirman a Vida Nueva fuentes de la organización, no se produjo ninguna controversia.