La Conferencia del Episcopado Mexicano aseguró que los cinco nuevos cardenales latinoamericanos elegidos por el papa Francisco “enriquecerán al Colegio Cardenalicio con su experiencia y vitalidad”; además, los obispos mexicanos observaron en esta designación una “alegría para América Latina y el Caribe”, y aseguraron que con ellos se fortalecerá “nuestra presencia y servicio en el Colegio Cardenalicio”.
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Este 6 de octubre el papa Francisco anunció la designación de 21 nuevos cardenales, 20 de los cuales tendrían, por edad, derecho a voto en el caso de un cónclave.
Cinco de ellos son latinoamericanos: Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam); Luis Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil; Carlos Castillo, arzobispo de Lima; Vicente Bocalik, arzobispo de Santiago del Estero y Fernando Chomalí, arzobispo de Santiago de Chile.
Un signo de la universalidad de la Iglesia
A ese respecto, los obispos mexicanos, cuyo presidente es el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, emitieron un mensaje en el que felicitaron en particular a los nuevos cardenales de América Latina y expresaron “gozo y profunda alegría” por la designación.
Para los obispos, este nombramiento representa “un signo de la universalidad de la Iglesia y la confianza que el Santo Padre deposita en cada uno de ustedes”.
Además, hicieron “un reconocimiento especial a monseñor Jaime Spengler, cuyo nombramiento como cardenal, siendo presidente del Celam, refuerza los lazos de comunión y servicio en nuestra región”.
Asimismo, recordamos las palabras del papa Francisco: “Los cardenales están llamados a mirar la realidad de Cristo y de la Iglesia con una mirada de fe y de amor”.
Encomendados a la Inmaculada Concepción
En ese sentido, desearon a los próximos cardenales que estas palabras guíen su nuevo ministerio “inspirándolos a servir con dedicación y amor a la Iglesia universal y al pueblo de Dios”.
Los obispos recordaron a los cardenales nombrados su “cercanía espiritual y nuestras oraciones en este tiempo de preparación para su nuevo ministerio. Que el Espíritu Santo los ilumine y fortalezca para la misión que la Iglesia les confiará como cardenales”.
Encomendaron el futuro servicio de los cardenales a la Inmaculada Concepción, “en cuya solemnidad serán creados cardenales, para que Ella los guíe en su misión de contribuir a la unidad y al dinamismo evangelizador de la Iglesia universal“.