España

Unai Sordo: “Es ejemplar que la Iglesia se comprometa con la dignidad laboral”

La plataforma ‘Iglesia por el Trabajo Decente’, que aglutina a más de cuatrocientas entidades, celebra diez años con una tarde de reflexión en Madrid, acompañada por el secretario general de Comisiones Obreras





Para Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras, “es muy relevante que las entidades sociales de la Iglesia se comprometan con reivindicar el concepto del trabajo decente y la dignidad laboral desde una plataforma en red con la capilaridad social que tenéis y que es muy importante en sociedades como la nuestra”.



Con este elegio de la que definió como una “iniciativa importante y ejemplar”, Sordo abrió su intervención esta tarde en la conmemoración de los diez años de ‘Iglesia por un Trabajo Decente’, la red que aglutina a más de cuatrocientas entidades eclesiales en defensa de la dignidad laboral.

Génesis del sindicato

Sordo explicó que “no está de más recordar que la génesis de las clandestinas Comisiones Obreras está ligada a los movimientos cristianos de base y, de alguna manera, nos sentimos en casa”. En esta misma línea, instó a seguir trabajando en esta área, en tanto que “necesitamos armar ese sentido de comunidad que promueve la Iglesia dentro de sociedades desarmadas e individualistas como la nuestra”.

Junto al secretario general de Comisiones Obreras, tomaron la palabra en una mesa redonda moderada por directora del Área de Contenidos Sociorreligiosos​ del grupo ÁBSIDE Media, Irene Pozo, Félix Peinado, director de la Organización Internacional del Trabajo en España  y Antonio J. Aranda, director de la pastoral del trabajo de la Conferencia Episcopal.

Peinado denunció el incremento del trabajo infantil, la desigualdad de género y de la informalidad laboral, a la vez que enfatizó que “la Iglesia es un magnífico aliado”. A partir de ahí, incidió en que “desde la Iglesia ahora tenemos que estar cerca de los migrantes, que son los pobres y los vulnerables de hoy”. “Hay que hacer una labor de pedagogía dentro de la Iglesia para que pierdan el miedo o acaben con los clichés sobre los migrantes, hay que explicarle al jubilado cristiano que parte de su pensión procede del trabajo que realiza un migrante”, comentó.

Aranda recordó que “las organizaciones obreras tienen el sello de identidad de la Iglesia”. “El compromiso social por poner en la agenda política y social al trabajo decente es una realidad que se palpa en los obispos, en las diócesis, en la vida religiosa y en los laicos, es algo que hay que aplaudir”, expuso el portavoz episcopal.

Compartir constataciones

A lo largo de la tarde, también compartieron su visión de esta realidad algunas de las instituciones de Iglesia que abanderan esta plataforma, como CONFER, HOAC, JEC, JOC y Justicia y Paz.  “Las organizaciones de Iglesia han sido una vez más pioneras de un tema que hoy es clave en los debates de nuestra sociedad: la precariedad laboral”. Es el balance que realizó la secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro.  Peiro definió esta plataforma como un “espacio privilegiado en el que compartir las constataciones que cada organización teníamos en defensa de la dignidad humana, para abordarlas desde esa unión que nos da el Evangelio y la Doctrina Social”.

Para el secretario general de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Jesús Miguel Zamora, “no podíamos mantenernos al margen”. “Hay muchos religiosos en ámbitos laborales lo que exige generar espacios donde la dignidad humana se desarrolle a través de la formación, del empoderamiento de las personas”, añadió el religioso de La Salle.

Cuidar sin exclusión

“Nuestro trabajo consiste estar en el mundo obrero y llevar el mensaje de que Jesús tiene una vida plena para todos, por lo que ‘Iglesia por el Trabajo Decente’ nos ha impulsado a ir más lejos todavía”, defendió Maru Megina, presidenta general de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). “En este tiempo hemos descubierto que juntos podemos hacer mucho más y, aunque seamos muy diferentes, tenemos un mismo sentir”, reivindicó, con la mirada puesta en la impronta sinodal promovida por el papa Francisco.

En paralelo, Megina hizo un llamamiento a “cuidar de todo trabajador sin exclusión para que toda persona trabajadora tenga una vida digna”. Con una mirad a futuro, invitó a contagiar la red a más entidades, lograr un apoyo más firme desde lo institucional, estrechar lazos con la comunidad política y sindical, profundizar en si el trabajo de las propias instituciones eclesiales es decente y hacer ver a los trabajadores que son protagonistas de sus derechos.

Rubén Serrano, presidente de la Juventud Estudiante Católica (JEC), confesó que “ha sido bastante emocionante participar en la plataforma para darnos cuenta de cómo los jóvenes y estudiantes podemos y debernos implicarnos en defender un trabajo digno”. “Muchos jóvenes tienen que alternar sus estudios con un primer empleo bastante precario y aquellos que terminan sus estudios ven cómo las ofertas laborales nos hacen regalar nuestro tiempo o tener que emigrar”, denunció.

Mesa redonda de las entidades participantes en ‘Iglesia por el Trabajo Decente’

Por su parte, Francho Gracia, presidente de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) apuntó que “el humanismo integral debe ser una opción de máximos”. De ahí que considere que Iglesia por un Trabajo Decente se haya erigido en voz de denuncia de “estructuras injustas de este mundo que nos impulsan a trabajar con todas las demás entidades codo a codo”. En su intervención, García puso sobre la mesa el incremento de las brechas sociales, la desprotección entre los migrantes o la inestabilidad del empleo juvenil.

Javier Alonso, presidente de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz de Madrid, remarcó la necesidad luchar contra la pobreza, tal y como lo plantea la Agenda 2030. En este sentido, quiso tener presente en el acto a “tantas personas que en nuestro país tienen un trabajo a tiempo parcial cuando lo querrían a tiempo completo, inestable cuando debería ser indefinido, a quienes tienen una jornada laboral que les impide atender a sus hijos…”. Para Alonso, defender un trabajo digno, “además de una opción, es una vocación, una respuesta a una llamada”. Para Justicia y Paz, ‘Iglesia por el Trabajo Decente’ “es un tesoro, una riqueza compartida por personas movidas por la fe y por la solidaridad con todo el género humano”.

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