El Sínodo celebra la misa según el rito maronita: “Estamos llamados a liberarnos de las separaciones que hemos establecido entre nosotros a lo largo de la historia”

El encargado de presidirla ha sido Paoul Rouhana, obispo auxiliar de Joubbé, Sarba y Jounieh de los maronitas, y obispo titular de Antarado

Paoul Rouhana

La misa según el rito maronita ha llegado al Sínodo de la Sinodalidad, que se está celebrando, durante este mes de octubre en el Vaticano. El encargado de presidirla ha sido Paoul Rouhana, obispo auxiliar de Joubbé, Sarba y Jounieh de los maronitas, y obispo titular de Antarado.



“Revestidos de Cristo en nuestro bautismo, según el apóstol Pablo, estamos llamados a liberarnos de las discriminaciones separadoras que hemos establecido entre nosotros a lo largo de la historia, como obstáculos que hieren nuestra unidad en Cristo y que oscurecen nuestra vocación original de hombres y mujeres creados iguales a imagen y semejanza de Dios”, ha dicho el obispo durante su homilía.

Así, y teniendo en cuenta el “estado de guerra y violencia en varios rincones del mundo, lo que significa un fracaso y una ruptura del diálogo, que conduce a un rechazo monstruoso de todos convivencia social”, Rouhana ha señalado la necesidad de “seguir el ejemplo de los santos” y “confiar en la Palabra de Dios”.

Dos caras del mismo mandamiento

Del mismo modo, ha subrayado que, a lo largo del camino sinodal “el futuro de nuestras Iglesias y de nuestros respectivos países, particularmente aquellos en tiempos de crisis, no debe depender únicamente de cálculos y análisis geoestratégicos y
geopolítica”. “Esto se debe a que la Iglesia, como familia de Jesús, es ante todo la comunidad de ‘los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica'”, ha aseverado.

“Alimentados por la Palabra de Dios en la escuela de los santos, los cristianos en el camino sinodal, recordaremos también sin cansarnos la enseñanza revolucionaria de Jesús en virtud de la cual el amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables y se desafían constantemente, siendo las dos caras de un solo mandamiento”, ha concluido el obispo.

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