“Sabemos que tienen muchas funciones de carácter administrativo, pero quisiéramos que estas no les distrajeran de su auténtica vocación: ser pastores”. Esta ha sido la petición de Gloria Liliana Franco, presidenta de la Conferencia Latinoamericana de Religiosos (CLAR) durante su participación en el Foro Teológico Pastoral que se está celebrando en el Vaticano a raíz del Sínodo de la Sinodalidad.
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En la primera sesión de esta tarde, sobre ‘El rol y la autoridad del obispo en una Iglesia sinodal’, han participado, asimismo, Carlos Maria Galli, miembro de la Comisión Teológica Internacional y del Equipo Teológico-Pastoral del CELAM, y el nuevo obispo de Turín, Roberto Repole.
“Ayúdennos a purificar los modos relacionales”, ha continuado Franco durante su intervención. “No encubran nada que consideren que es dañino. Que ningún tipo de abuso lo apague el silencio en su voz de pastor”, ha reclamado. Asimismo, ha animado a los obispos a que “no claudiquen ante el cansancio, las críticas de los escépticos, el peso de las instituciones o el paso de los años. Renueven cada día su sí, su deseo de seguir a Jesús”.
Por último, ha señalado el papel fundamental del obispo como garante de unidad. “Busquen en toda circunstancia que se mantenga la unidad con el Papa, los fieles, los presbíteros… Comuniquen con acierto y transparencia, rindan cuentas, tomen decisiones”, ha apostillado la religiosa.
El Pueblo de Dios, sujeto de la misión
La segunda sesión de este foro ha versado acerca del tema ‘El Pueblo de Dios, sujeto de la misión’, partiendo del párrafo 3 de esta Asamblea del Sínodo, en el cual se afirma que “el Pueblo de Dios no es la suma de los bautizados, sino el ‘nosotros’ de la Iglesia, sujeto comunitario e histórico de la sinodalidad y de la misión”.
Ante esto, los ponentes y los participantes del foro han abordado la pregunta de fondo “¿qué implica el hecho de que el anuncio del Evangelio de Jesucristo con obras y palabras -‘la misión’- se confíe a un pueblo?”.