La misa la han concelebrado el arzobispo de Valencia; el nuncio del Papa en España, Bernardito Auza; el obispo de Ibiza, Vicente Ribas; y el secretario general de la Conferencia Episcopal, César García Magán
El Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha presidido el funeral por el obispo emérito auxiliar de Valencia, Vicente Juan Segura, del que ha destacado que “siempre dio lo mejor de sí mismo. Quiso hacer de su vida un servicio al Señor y a la Iglesia, dos cosas que él nunca separó. Cuatro palabras le han acompañado: servir, vivir y morir por Cristo y para Cristo”, en 43 años de ministerio, los últimos más de 19 al servicio del ministerio episcopal.
Tal como recoge AVAN, en la misa han concelebrado el nuncio del Papa en España, Bernardito Auza, por la trayectoria diplomática en distintas Nunciaturas de Juan Segura; el obispo de Ibiza, Vicente Ribas, ya que esta fue la diócesis en la que más tiempo desarrolló su ministerio episcopal; y el secretario general de la Conferencia Episcopal, César García Magán.
Benavent ha señalado dos figuras que fueron referencia para Juan Segura: “San Juan Pablo II, con quien colaboró estrechamente desde la Secretaría de Estado le configuró espiritualmente. Sentía hacia el Papa Santo una gran admiración”. Y Ricard María Carles, a quien el papa Juan Pablo II nombró cardenal, que fue su párroco y le ordenó sacerdote en su parroquia natal, su relación “fue decisiva en su vida: como creyente, en su vocación sacerdotal y en el ejercicio de su ministerio episcopal”.
El arzobispo ha destacado también que “le agradecemos una religiosidad que nunca perdió su sencillez, a pesar de los importantes cargos que tuvo” como el servicio ante la Santa Sede en diversas nunciaturas, “entre las que hay que destacar su trabajo en Mozambique, donde vivió momentos especialmente delicados, de esas experiencias todos quedamos impresionados”.
Su ministerio episcopal se desarrolló fundamentalmente en Ibiza “y en todo momento intentó dar lo mejor de sí mismo. Su servicio habrá hecho un gran bien. Pensemos a las personas que habrá conocido y a las que habrá llevado a Cristo, personas a las que en algún momento de su vida habrá aconsejado, habrá perdonado en nombre de Cristo, los habrá animado a seguir en el camino de la fe, y los habrá exhortado a vivir en comunión con la Iglesia”, ha señalado Benavent.
Benavent ha recordado que “el trabajo dio paso a una enfermedad que fue desgastando sus fuerzas. La vida sacerdotal y episcopal adquirió en él una nueva dimensión. Servir, seguir, vivir y morir para el Señor, los ha hecho su vida a lo largo de todo su ministerio sacerdotal y episcopal” y ha destacado “la devoción a la Mare de Déu dels Desamparats que él tenía grabada en su corazón”.
Por su parte, Bernardito Auza ha señalado que Juan Segura y él fueron “contemporáneos en la Pontificia Academia Eclesiástica, y además, durante muchos años trabajamos juntos en la Secretaría de Estado. Para nosotros, sus amigos y compañeros, nuestras oraciones y el Señor lo acoja en la vida eterna”.
Por último, ante sus familiares y allegados, el Arzobispo de Valencia ha destacado y agradecido en su nombre y de los familiares “las numerosas muestras de condolencia y recuerdo que todos los obispos españoles han dedicado a Vicente Juan Segura” y ha dedicado un saludo especial a las Hermanas de Marta y María “que con tanto afecto han atendido a Vicente en los años de su ministerio episcopal y de manera muy especial por la delicadeza que han manifestado durante el tiempo de su enfermedad”.